El Barcelona se aseguró tanto una victoria en el partido como una prometedora estrella para el futuro, sumando tres valiosos puntos que le permitirán competir por el liderato en el próximo enfrentamiento del Clásico contra el Real Madrid. El encuentro fue marcado por el debutante de tan solo 17 años, Marc Guiu, quien anotó el único gol del partido en su primer toque de balón, en un enfrentamiento disputado y lleno de intensidad.

El duelo estuvo caracterizado por dos destacadas actuaciones de los porteros y algunas acciones polémicas que influyeron en el ritmo del partido. Un momento de particular tensión ocurrió en el minuto 85, cuando tras una caída de Iñaki Williams, el banco de Xavi protestó enérgicamente por la pasividad del árbitro Martínez Munuera. En respuesta, el colegiado se dirigió al cuerpo técnico del Barcelona y expulsó a José Ramón de la Fuente, el preparador de porteros del equipo culé.

José Ramón de la Fuente es conocido por ser uno de los miembros más apasionados del cuerpo técnico y ha sido expulsado en múltiples ocasiones a lo largo de su carrera. En los últimos siete años, el preparador de porteros ha recibido la tarjeta roja en un total de 8 ocasiones. Su récord personal se estableció en el 2016, cuando fue expulsado tres veces durante una sola temporada, como resultado de una serie de incidentes con jugadores rivales que involucraron lenguaje inapropiado.

Un partido lleno de tensión

Es innegable que el encuentro estuvo repleto de acciones controvertidas en ambos equipos. Específicamente, el delantero portugués Joao Félix fue protagonista de las dos situaciones más claras en este sentido. La primera ocurrió después de un centro desde la izquierda realizado por Balde, cuando Joao intentó rematar y fue derribado por un empujón por detrás. La jugada continuó, y Fermín López recibió el balón, disparando a puerta, pero su intento fue detenido por Unai Simón.

Poco después, el luso ejecutó una maniobra de toques en el aire dentro del área rival y fue derribado por una zancadilla al intentar proseguir con la jugada. Tanto el VAR como el colegiado no encontraron motivos para sancionar estas acciones, lo que generó debate y polémica en el partido. No obstante, Martínez Munuera es un arbitro que se caracteriza por ser permisivo, aunque si el partido hubiera acabado en empate estas acciones hubieran sido decisivas en el resultado.