El mundo del fútbol y, especialmente, el entorno del FC Barcelona se detuvo momentáneamente el día lunes, debido a que se dio a conocer la noticia de que Josep María Bartomeu había sido detenido por los Mossos d'Esquadra, debido a su participación en el escándalo conocido como Barçagate. Aunque finalmente no fue imputado, el expresidente de la entidad culé se suma a otras dos personas que tuvieron problemas judiciales y ocuparon el máximo cargo en el organigrama azulgrana. 

Tras los inhumanos casos de los fundadores Joan Gamper y Josep Suñol, quienes sufrieron de exilio y ejecución respectivamente, entre los años 1925 y 1936, debido a la persecusión franquista, los sucesos entre los presidentes culés y la justicia han tenido como protagonistas a Josep Lluís Núñez y a Sandro Rosell. Ambos ocuparon la figura del máximo mandatario del Barcelona entre 1978 y 2000, en el caso del primero y entre 2010 y 2014, por parte del segundo. 

En el caso de Núñez, sus problemas judiciales se dieron debido a que se le acusó de sobornar a inspectores de Hacienda, con el fin de eludir los impuestos que debía pagar la empresa constructora que administraba. En 2011, el exmandatario y su hijo fueron condenados por la Audiencia de Barcelona a seis años de cárcel, que finalmente fueron reducidos a dos años y dos meses por el Tribunal Supremo. 

Rosell, por su parte, fue acusado en su momento de blanqueo de capitales, ligado a lo que fue el "Caso Neymar", pero su postura siempre fue la de explicar que la causa en su contra había sido abierta por ser presidente del Barcelona. Finalmente, el que fuera el máximo mandatario de la entidad durante cuatro años estuvo 643 en prisión preventiva, para luego quedar en libertad, debido a que se consideró que las pruebas en su contra no tenían la suficiente contundencia. 

La separación de Rosell del cargo de presidente del Barcelona desembocó en la llegada de Josep María Bartomeu, vicepresidente en ese entonces, en la ocupación del máximo cargo gerencial del club. El mismo fue electo como mandatario de la entidad y 2015 y, tras el escándalo del Barçagate y muchos problemas deportivos y extradeportivos, así como voto de censura que casi se realiza en su contra, dimitió en el año 2020.

Bartomeu, ¿Merecido castigo?

La detención de Josep María Bartomeu fue una fuente de satisfacción para muchos hinchas del Barcelona, quienes vieron en la figura del expresidente la causa de la debacle que actualmente vive el equipo. Más allá de este específico rencor, si las sospechas relacionadas con el Barçagate son verídicas, el exmandatario debe ser justamente castigado o al menos vetado de todo lo relativo al conjunto culé.