Valverde peca en Valencia del mismo error que en Roma

El pasado 10 de abril, el FC Barcelona vivió una de las noches más negras de su historia. Estadio Olímpico de Roma, partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League, resultado favorable de 4-1 en la ida y, en frente, un AS Roma que no tenñia ni siquiera armas suficientes para disputar el título de la Serie A a la Juventus.

Desde el primer minuto del partido, se veía que aquello podía acabar en catástrofe. La Roma se hizo dueña y señora del balón y de las ocasiones y el equipo azulgrana no conseguía levantar cabeza. Cayeron dos goles antes de la hora de partido, pero lo peor de todo era que el Barça no despertaba y que el tercero y definitivo acabaría cayendo.

Y ahí estaba Ernesto Valverde. Impasible, con todo un banquillo a su disposición para realizar sustituciones ya que a los once titulares se les veía hundidos físicamente. Pero el Txingurri no reaccionó. Ni un solo cambio pese a que sus futbolistas estaban hechos polvo por haber jugado tres días antes e Liga. Tuvo que caer el tercero para que Valverde moviese ficha, pero faltaban 7 minutos para acabar el partido y era tarde.

La toma de decisiones de Valverde en ese día o más bien, el hecho de no tomar ninguna decisión hasta que la Roma metió el tercer gol, enervó al barcelonismo, que no comprendía que su técnico no diese aire al equipo. Ousmane Dembélé, que entró a cinco minutos del final, generó más peligro en ese tiempo que el equipo entero en todo el partido. Pero ya era tarde.

En Mestalla, igual que en Roma

Ante el Valencia, Ernesto Valverde lo volvió a hacer. Planteó el partido con casi el mismo once titular que el que le funcionó en Wembley ante el Tottenham -Solamente el cambio de Vermaelen por Lenglet- y el equipo se resintió físicamente. Desde el inicio del segundo tiempo se veía a un Barça al que le faltaba frescura física e ideas, con un Valencia que empezaba a asomar con peligro.

Pese a que el Barça necesitaba imperiosamente los tres puntos y que el equipo no respondía desde el minuto 55, Valverde no metió el primer cambio hasta el 84. Entró Dembélé, el segundo máximo goleador del equipo, pero ya no tuvo tiempo de solucionar el partido. El Txingurri se volvió a dormir con los cambios y no actuó con suficiente rapidez para cambiar el signo del partido.

Con el francés en estado de gracia y el equipo cansado, no se entiende que entrase tan tarde... Valverde ha demostrado ser un gran técnico, pero a veces cuesta de comprender su fobia a las sustituciones, y más cuando en el banquillo tiene a jugadores en forma.