Xavi y Alves ya suman: El barcelonismo recupera la ilusión (y no es poco)

La incertidumbre en el FC Barcelona es máxima porque este sábado, a las 21:00 horas (en España) y ante el Espanyol, comienza una nueva etapa liderada por Xavi Hernández en los banquillos. El egarense comenzará, de manera oficial, su etapa como entrenador azulgrana y lo hace en el momento más delicado del equipo a nivel deportivo. Una prueba de ellos son los últimos resultados en LaLiga, competición en la que el Barça acumula cuatro partidos consecutivos sin ganar. Para ponerlo en perspectiva, los culés ganaron por última vez el pasado 17 de octubre, ante el Valencia (3-1). Hace un mes. 

El reto es mayúsculo para Xavi, pero si hay algo que ha demostrado en sus primeras dos semanas dirigiendo al equipo, es que está ilusionado por conseguir 'rescatar' a un Barça que se marchó al parón FIFA con once puntos por detrás del líder de LaLiga y que tendrá una 'final' en la Champions League la próxima semana para lograr clasificarse a los octavos de final de la competición. El de Terrasa, sin embargo, tiene un factor 'extra' que no tuvo Ronald Koeman en su momento: la confianza, desde las oficinas hasta las gradas del Camp Nou. Se ha convertido, todavía sin debutar, en la ilusión de un barcelonismo que acumula palos tras palos y que quiere volver a hacer un 'grande' en España y Europa. 

Esa confianza que tiene el entrenador ha pasado a ser rápidamente ilusión, porque la afición (y también el vestuario), están seguros de que Xavi es el único que puede llevar al Barça nuevamente a la senda de la victoria. Eric García lo reconoció y es el mensaje que se transmite desde todos los sectores del barcelonismo: la sensación de que todo puede cambiar y se luchará hasta conseguirlo, algo que lleva tiempo sin 'existir' para un equipo que ha estado hundido y que ha vivido de las cenizas en los últimos tiempos. El camino, hay que ser honestos, apunta a ser largo y tendrá altibajos, probablemente, pero está la intención de hacer algo distinto y devolverle su espíritu perdido al Barça. 

Y es que es eso, seguramente, lo que ha provocado que Xavi Hernández esté en el banquillo culé, más allá de los muchos éxitos que ha conseguido en su corta etapa como entrenador del Al-Sadd. El de Terrassa es un hombre que conoce la casa, de principio a fin, que tiene bien definido el 'ADN Barça' y que no se va a rendir a las primeras de cambio. Ese es un punto clave, porque tiene (y tendrá) que 'batallar' con un vestuario que no es sencillo, en ningún caso. Para eso, ha traído a un socio que puede ayudarlo en su labor y que puede convertirse en un 'boost' dentro y, sobre todo, fuera del campo. 

Se trata de un Dani Alves que ha regresado cinco años después al Barça. Lo hace en el punto final de su carrera profesional y con más dudas que certezas con respecto a su rendimiento (lleva meses sin competir, tras la rescisión de su contrato con el São Paulo), pero que tendrá el inmenso reto de servir de enlace entre el entrenador y el vestuario. Xavi es consciente de que la tarea es complicada y que serán muchos los inconvenientes que se encontrarán en el camino, por lo que ha querido llevar al vestuario a un líder nato, como lo es el brasileño, para levantar el ánimo e 'inyectar' competitividad a los jugadores. 

Se ha comentado mucho que Alves regresa al Barça para ayudar a los más jóvenes, algo que es súmamente necesario, pero también sirve de alarma para los veteranos: Sergio Busquets, Gerard Piqué, Jordi Alba... jugadores que tendrían que servir de líderes de la plantilla y que dejan la apreciación de que no lo están siendo, en ningún caso. Ellos también tienen que 'despertar' y ser piezas fundamentales para la reconstrucción del equipo, sobre todo dentro del vestuario culé. 

La afición asume y acepta el reto

Xavi Hernández mencionó en su presentación como culé la importancia que tenía el apoyo de la afición azulgrana en este momento del equipo. Su primer mensaje a la afición fue, de hecho, que “os necesitamos a todos. Nos tenemos que olvidar de los ismos. Y sobre todo, Visca el Barça” y la respuesta ha sido positiva, porque la confianza es absoluta en Xavi. La historia se 'repitió' con la llegada de Dani Alves, con una reacción inesperada, de cierto modo, debido a la edad del lateral derecho brasileño. 

En cualquier caso, la afición entiende y asume el reto que atravesará el Barça en los próximos meses y años. No será un recorrido sencillo y la realidad económica también juega en contra de los azulgrana, porque son muy pocas las opciones que tiene el club para salir al mercado y 'llenar' los huecos que actualmente hay en la plantilla, que no son pocos. La confianza es clave de cara al futuro a mediano plazo... y Xavi ya la tiene.