La carrera de Xavi como culé no tiene otra palabra más acorde a sus resultados que el éxito, siendo uno de los más laureados tanto en el club como en la historia, además de los récords que dejó en el equipo y en los que solo Messi pudo superarlo. Ahora, le toca regresar a los mismos pasillos pero con una responsabilidad muy diferente.

Con el acuerdo totalmente alcanzado, se comienza la nueva era de Xavi como culé, en la que cambiará la elástica deportiva por el mono y un pito para llevar a cabo cada entrenamiento durante la semana, con caras más que conocidas en sus filas y otras que brillarán al tenerlo tan cerca a partir de ahora.

La vitrina de Xavi acumula 25 trofeos en los que destacan los conseguidos en ambos tripletes, el último de ellos en su despedida del Camp Nou como jugador, dejando la promesa de volver para continuar el legado y ahora lo cumple, sabiendo que la exigencia será mucho mayor, aunque también el destino parece haberle puesto este tipo de situaciones en su vida.

Reconstrucción 2.0

Cuando Laporta asumió la presidencia por primera vez pudo ver un canterano en el club con potencial. Xavi por aquel entonces daba sus primeros pasos junto a Puyol en un equipo que no tenía una situación del todo próspera y pudo sobreponerse a eso gracias a la confianza del mandatario, que no quiso venderlo o cederlo.

Más de 20 años después ahora esa confianza parecía tocada aunque con argumentos, porque Laporta no quería derrumbar la figura de Xavi a costas de lo que heredó en los despachos, pero el sentimiento culé de ambos les puso en el mismo camino para asociarse en la búsqueda de una recuperación que será cuanto menos histórica si la consiguen.

Aquel momento, poner su sello en Catar en medio del proceso rumbo al mundial y ahora fijar el rumbo en el renacimiento del Barcelona, hacen de Xavi un auténtico visionario y ambicioso dentro de los buenos términos en el fútbol, características básicas para aquellos que se forjan como personas de éxito.