El FC Barcelona vio salir a Neymar y con él, las esperanzas de tener a un auténtico heredero para Lionel Messi, además de una máquina de dinero fuera de la cancha. Comenzó allí el gasto indiscriminado de dinero para poder sustituir a un jugador que dejó 222 millones de euros en las arcas culés. 

Coutinho, Dembelé, Andre Gomes, Umtiti, Digne, Alcácer... Son algunos de los nombres que aparecieron en el Camp Nou para solucionar los problemas que comenzó a tener el club, principalmente ofensivos, aunque Suárez y Messi lograron sostener un poco la base con el apoyo de Jordi Alba y Busquets.

Football Observatory CIES hizo un estudio de los gastos de los principales clubes del mundo y dejó prueba fiel y exacta de esto que mencionamos, con un total de 1171 millones de euros gastados desde 2016, más de 100 millones por encima del Manchester City, segundo en esta lista. Griezmann fue el que marcó la diferencia de forma definitiva.

La crisis actual es más sencilla de entender cuando leemos estos datos para contrastarlos con los ingresos del club, que aprovechó las últimas 10 fechas de mercado (invernal y veraniego) para ingresar 700 millones, cantidad en la que está incluida la suma por la que Neymar se fue y dejó a Messi.

Si las cosas no cambian de rumbo y toman el tono que se vio a comienzos del verano, saldrá el último gran activo, Lionel Messi, que de concretarse el movimiento tendría otro gran problema porque bien estaría liberando masa salarial que no recibiría ningún ingreso, ya que se iría libre por el final de su contrato.

Cambio de política

Los 471 millones de euros en color rojo en esta investigación del CIES, hicieron que el Barcelona tomara un respiro y comenzara a hacer movimientos al menos lógicos, como el de Braithwaite, que llegó para reforzar el ataque más allá de los bombos mediáticos. Pedri como gran promesa a cambio de solo 8 millones de euros y subir a Mingueza junto a Araújo, centrales que evitaron una gran inversión.