La relación entre Neymar y el Paris Saint-Germain se ha deteriorado mucho desde que el conjunto francés pagó la cláusula de rescisión que el brasileño tenía con el FC Barcelona. Desde su llegada a la capital francesa, adoptó una actitud de 'estrella' que no gustó en la cúpula del club, que empezó a decantarse más por la figura de un Kylian Mbappé más implicado con el equipo.

La tensión entre el jugador y el club se habría convertido en una guerra desde el lunes pasado en el que, según las informaciones publicadas por el diario Sport, habría tenido lugar un encontronazo entre Leonardo, director deportivo de la entidad gala, y el propio Neymar. "Leonardo abroncó a Neymar delante de toda la plantilla del PSG", asegura el citado medio de comunicación.

La razón de los reproches de Leonardo, que utilizó un tono contundente y tenso, habría sido que Neymar se presentó una semana tarde a los entrenamientos del conjunto dirigido por Thomas Tuchel, siempre según el citado medio. Ahora, la situación parece más insostenible que nunca y la marcha del jugador podría darse en poco tiempo.

Lo cierto es que hay enfado de las dos partes. En primer lugar, por parte del club parisino, que realizó con Neymar la inversión más grande de su historia y de la historia del fútbol sin encontrar en el brasileño la estrella que buscaba. El jugador se ha perdido el tramo final de sus dos temporadas en el equipo francés por lesión y ha sido noticia más por sus fiestas y salidas de tono que por sus jugadas.

Tal vez, todo ello haya venido dado por la sensación de arrepentimiento del propio Neymar. En Barcelona, era feliz al lado de Leo Messi, Luis Suárez, y el resto del vestuario, que le quería y apoyaba. Esos apoyos no lso ha tenido en Francia, donde pocos meses después de llegar, vio que tal vez no era su sitio y que había tomado una mala decisión.

Neymar quería dinero y reconocimiento

Neymar fichó por el Paris Saint-Germain obteniendo un contrato multimillonario que le colocaba entre los mejor pagados del planeta y, naturalmente, en la ficha más alta del equipo francés. Además, en el Parque de los Príncipes buscaba ser la gran estrella, alguien que no tuviese que convivir con la alargada sombra de Leo Messi, que siempre fue el favorito. Su ambición deportiva y económica le jugó una mala pasada.