La operación salida del FC Barcelona está estancada mientras sigue adelante la pretemporada, y cada vez es más complicado que haya cuestiones resueltas antes de la gira americana. Los descartes tienen ofertas pero de momento no se acaban de confirmar sus salidas, aunque las decisiones están consensuadas con los futbolistas y hay varios asuntos claros en materia de actuación.

Es el caso, por ejemplo, de Rafinha Alcántara, cuyo pensamiento sobre el Inter de Milán coincide con el del club. Tras faltar a su palabra y no afrontar la opción de compra que tenían sobre el brasileño, los italianos siguen jugando sus cartas para reincorporarle cuando pase el verano, pero habrá que ver si lo logran imponiendo sus condiciones.

En el Camp Nou no quieren acordar otra cesión porque sólo aceptan un traspaso por el centrocampista, y el de Sao Paulo tampoco está por la labor de volver a salir a préstamo. En su caso, es porque pretende consolidarse definitivamente en un equipo si no tiene sitio en la Ciudad Condal, y quedó ciertamente decepcionado por la falta de respuesta de los 'nerazzurri' tras haber demostrado sus capacidades en un conjunto que acabó alcanzando la Champions.

Para colmo de males, a San Siro ha llegado Radja Nainggolan tras el abono de 38 millones de euros a la Roma, precisamente la cantidad que reclamaban los culés por el canterano. En su caso, eran 35 'kilos' fijos y 3 más en variables, que los interistas quisieron regatear por sus problemas para ajustarse al 'Fair Play Financiero' de la UEFA.

El Barça prefiere no negociar con el Inter

En este sentido, el Inter continúa insistiendo en otra cesión de Rafinha, algo que el Barça prefiere esquivar aún contando con la inclusión de una opción de compra obligatoria y resguardada bajo contrato. El problema es que por cuestiones de calendario hay más prisas de las esperadas con las ventas, por lo que no se ha cerrado ninguna puerta a la espera de lo que suceda en el capítulo de bajas.

El mercado de fichajes de la Premier, el otro gran interesado en los descartes de los catalanes, cierra el próximo día 9 de agosto, lo que implica que o se avanza con las negociaciones o se podrían perder algunas oportunidades. El ajuste se ha certificado para evitar líos tras el inicio de la liga, pero podría ocasionar algunas molestias a los clubes extranjeros.