Desde el Real Madrid se están estirando de los cabellos desde que se conociera de forma oficial el fichaje de André Gomes por el FC Barcelona. Los blancos, que tenían muy cerca el hacerse con el internacional portugués, acabaron perdiéndolo por optar por unas negociaciones mucho más largas y tediosas. Eso y la animadversión del Valencia por el Madrid hicieron el resto.

El director deportivo del FC Barcelona, Robert Fernández, estuvo muy rápido y aprovechó su amistad con García Pitarch para acabar "levantándole" a los madridistas al mediocentro, por una cantidad fija que sería prácticamente la mitad de lo que los valencianistas les habían pedido a los merengues.

Se hablaba desde la capital de España de una oferta fija de 65 millones de euros más la cesión de algún jugador, o la llegada de alguno que, en este caso, habría abaratado el coste total de la operación. Y mientras se metían en el saco a jugadores como Kovacic, Jesé o Nacho, el Barça apareció como un Ferrari.

Los culés firmaron a Gomes por 35 "kilos" fijos más 20 en variables correspondientes al futbolista y al conjunto culé. A esa cifra habría que añadir otros quince millones que llegarían a las arcas blanquinegras dependiendo de si André gana o no el Balón de Oro, algo harto difícil. Además, que el jugador prefiriese vestir de culé ha ayudado mucho. Por todo ello desde Madrid, Florentino y compañía están de uñas.