Lautaro Martínez es un futbolista que ya interesaba al FC Barcelona incluso antes de llegar al Inter de Milán, pero fue finalmente el conjunto 'neroazzurro' el que hizo una apuesta económica más alta por él y finalmente pudo llevárselo al Giuseppe Meazza. Ahora, el delantero argentino es uno de los jugadores más valorados de Europa y los culés han decidido hacer una apuesta total por su llegada.

El Barça sabe que el argentino, por perfil de juego y por juventud (tiene 22 años), Lautaro es el sucesor ideal de un Luis Suárez​ que ya tiene 33 y además su físico no le permitirá ni seguir siendo titular siempre. El argentino es el elegido y se espera que, por calidad y progresión, tenga impacto en la delantera desde el inicio, así como un recorrido largo en el club.

El Inter de Milán le considera su buque insignia y naturalmente no está seducido en absoluto por venderle. Lautaro es una pieza clave en ataque tanto a nivel goleador como de liderazgo en el equipo, por lo que la idea inicial del club lombardo era la de no vender. No obstante, según las informaciones publicadas por el diario Sport, el Barça tiene un factor muy a favor: la voluntad del jugador.

Dicho medio de comunicación asegura que el FC Barcelona ya ha conseguido convencer a Lautaro Martínez a través de varias vías: una la promesa de ser un futbolista con el cartel de titular habitual, ya sea como '9' único o acompañando a Luis Suárez. Algo que era un requisito básico de cara a convencerle, ya que el argentino no quiere pasar de cabeza de ratón a cola de león.

Además, el proyecto deportivo que los culés le ofrecen al argentino le habría convencido, seducido tanto por el recorrido que tendrá en el Camp Nou como por la posibilidad de jugar junto a Leo Messi. De hecho, se habla de que ya se podría haber pactado un contrato de cinco años, por lo que solamente quedaría esperar que el propio Lautaro transmita al Inter sus ganas de irse.

Solo al Barça

El factor diferencial que convierte al Barça en favorito para llevarse a Lautaro es que el internacional albiceleste solamente contempla dos opciones: quedarse en el Inter o marcharse al equipo culé. Si no es para vestirse de azulgrana, no se marchará, lo que obligará al Inter a negociar con el FC Barcelona descartando que otros equipos puedan entrar en la puja.