En la edición de este sábado de "La Gazzetta dello Sport", Verratti habría roto por fin su silencio: "Quiero ver si esta vez fichan campeones. En este caso, yo estaría feliz de quedarme. Cada año dicen que harán un gran equipo y vemos los resultados. las promesas no son suficientes. Si Henrique cumple sus promesas, yo estaré feliz de quedarme. Nadie me obliga a salir".

De confirmarse estas declaraciones, el Barça debería forzar un poco la máquina y presentar una oferta lo suficientemente alta como para poner, aún más, en apuros al PSG. Aunque la idea del italiano ya es buena, porque exige al club parisino invertir mucho dinero en jugadores de primer nivel. 

El club lleva semanas trabajando en su incorporación ya que le considera la pieza clave que reflotaría el centro del campo azulgrana, permitiría dar minutos de descanso a Iniesta y su polivalencia le convertiría en un jugador fundamental para Ernesto Valverde, encantado de que llegue -si finalmente fuera así-.

Y Verratti también está poniendo contra las cuerdas al jeque Al-Khelaifi, que se muestra reticente a su venta, pero ve que la voluntad del jugador es demasiado grande como para aguantarlo en el club. En las oficinas francesas se trabaja a contrarreloj y sin una idea clara.

No quiere un aumento de sueldo

Sin embargo, y a pesar de la citada información de cuáles serían las pretensiones de Verratti, el italiano no pide ningún aumento de sueldo y este viernes "Mediaset Sport" explicaba que habría llegado a rechazar una oferta de alrededor de 12 millones de euros netos -libres de impuestos- por temporada. Una barbaridad.

Veremos cómo sigue evolucionando el culebrón de Verratti, porque el próximo 4 de julio arranca la pretemporada del PSG y Unai Emery ya ha avisado a toda su plantilla que quiere compromiso desde el primer día. En caso de rebeldía y ausencia el club le abriría un expediente disciplinario, aunque sería un paso importante para demostrar que realmente quiere venir al Barça.