A pesar de que las pretensiones económicas del Manchester City para dejar ir a Bernardo Silva lucen elevadas, el FC Barcelona aún quiere negociar por su fichaje. La entidad catalana ya cuenta con el visto bueno del portugués y resta convencer a la directiva de los 'sky blues'. En esta caso, se hará necesario salir de uno o más efectivos de la plantilla azulgrana.

En total, la oferta del Barça alcanzaría un máximo de 80 millones de euros, 20 'kilos' menos de la cantidad que está pidiendo el City, de acuerdo con 'The Athletic'. Si bien en principio algunas informaciones sostenían que el fichaje del luso era posible de abordar independientemente de lo que ocurriera con Frenkie de Jong, la venta del neerlandés o en su defecto la de otros jugadores, se hace precisa.

En tal sentido, el primer movimiento consistirá en un nuevo intento para ponerle fin a la 'novela' del centrocampista, cuyo nombre continúa en las agendas de equipos como el Chelsea o el Manchester United, ambos dispuestos a pagar los 80 millones de euros que exigiría el Barcelona, la cantidad necesaria para abordar el traspaso del internacional con la selección de Portugal.

El 'plan B' del Barça

De esta manera, el club liberaría el espacio y la masa salarial necesarios para hacerse con sus servicios. En caso de que el neerlandés insista en permanecer en el club, los 'sacrificados' podrían ser Sergiño Dest, quien tampoco está por la labor de facilitar su salida, y Pierre-Emerick Aubameyang, además de finiquitar la operación para darle salida a Memphis Depay, quien ha pedido paciencia para cerrar su acuerdo con la Juventus.

Bernardo Silva mantiene un contrato con el Manchester City hasta junio de 2025 y su nombre figura en los planes de Pep Guardiola. Sin embargo, el de Santpedor quiere contar con jugadores netamente comprometidos con el club y no con la cabeza en otros destinos; por ello, los mancunianos están abiertos a venderle, pero no a cualquier precio. Ya en 2021, el luso les había planteado a Txiki Bergiristain y Ferran Soriano la posibilidad de irse al Barça, recibiendo un "no" como respuesta.