Si bien se ha caracterizado por sus decisiones polémicas, el ex árbitro sueco Jonas Eriksson es catalogado por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) como uno de los mejores en los últimos años. Sin embargo, el barcelonismo no guarda gratos recuerdos de él.

La visita del FC Barcelona al Milan en San Siro en 2021 culminó con las quejas de Pep Guardiola tras el compromiso al no sentenciar dos penaltis sobre Alexis Sánchez y Carles Puyol. Pero el escandinavo también es conocido por las riquezas que ostenta, al punto de tener al arbitraje solo como una vocación.

No obstante, algunos rivales del Barça también han tenido como blanco de sus ataques al sueco. Uno de ellos ha sido Mauricio Pellegrini, quien tras una victoria azulgrana sobre el Manchester City en la edición de 2014 le acusó de ayudar al equipo catalán: “Eriksson les devolvió hoy lo que les quitó dos años antes”.

El ‘libro negro’ de Eriksson

En los últimos días, el nombre del antiguo colegiado ha estado presente en las noticias por la pronta publicación de su autobiografía en la que sin miramientos ataa a los organismos rectores del balompié a nivel continental y global. En cuanto a la FIFA, que no le incluyó para la última Copa del Mundo, la señala como un “negocio oscuro”.

Sobre la UEFA, no es muy amable con su presidente, Aleksander Ceferin, a quien acusa de castigar al turco Cüneyt Çakır por una decisión que perjudicó a la selección eslovena. Tampoco lo es con el antiguo jefe de árbitros, Pierluigi Colina, ni con quien ostenta el cargo actualmente, Massimo Bussaca. El suizo es señalado por hacer ‘bullying’ a los jueces africanos y asiáticos.