La lucha contra el coronavirus es una situación que compete a todos los ámbitos mundiales, puesto que el efecto que esta enfermedad ha tenido ha afectado a todo el planeta. El fútbol no escapa de ello, puesto que ha sido una de las industrias más golpeadas por los coletazos de la pandemia, que ha dejado secuelas económicas sumamente graves para clubes, ligas y demás participantes del entorno del balompié.

Pero esta terrible situación parece estar, finalmente, alcanzando una etapa de posible culminación o, al menos, el momento en que se entra de lleno a la verdadera batalla contra la covid-19, más allá del confinamiento. Esto se debe a que la empresa farmacéutica Pfizer, encargada de realizar una vacuna que combata el virus, ha reportado este lunes que la misma es efectiva en un 90%. Así lo han repicado diversos medios de comunicación. 

Según lo comunicado por Pfizer, tras un análisis de la última fase de estudio de la vacuna antes de hacer formalmente la petición de la homologación de la misma, la eficacia de la vacuna se logró tras siete días después de la segunda dosis de la misma y 28 días tras la primera. En este sentido, la efectividad casi total del tratamiento podría ser la llave que abriría muchas puertas en cuanto al planeta entero se refiere, pero también, sobre muchas circunstancias relacionadas con el mundo del balompié.

Vacuna de Pfizer, ¿salvadora del fútbol?

Más allá de la sorpresiva y fantástica que resulta la noticia de la gran efectividad que tiene la vacuna de Pfizer en cuanto al combate de la covid-19 para el mundo entero, uno de los nichos que más celebra este anuncio es el del fútbol. Sometido y de manos atadas gracias a la pandemia, el establecimiento de un tratamiento efectivo contra el coronavirus abriría un montón de puertas para la vuelta a la normalidad social y económica del entorno del deporte más importante del mundo. 

La vuelta del público a los estadios sería la primera medida que favorecería enormemente a los clubes de fútbol, quienes llevan meses sufriendo las consecuencias económicas y deportivas que trae consigo el tener que jugar sin aforo. Posteriormente, la vuelta al hecho de que no se deba dar a un jugador de baja debido a su contagio con el virus, también será una novedad extremadamente positiva.