El ‘plantón’ de Luis Enrique, el principio del fin del Napoli

El FC Barcelona volverá a los octavos de final de la Champions League después de un par de años y lo hará ante un rival que llegará a la eliminatoria con unas circunstancias mucho más complicadas que las últimas semanas de los de Xavi Hernández. Y es que el presidente del Nápoles, Aurelio de Laurentiis, ha despedido este lunes a Walter Mazzarri, el segundo entrenador de la temporada para el equipo italiano, confirmando así el desastre de curso que está teniendo el vigente campeón de la Serie A.

Así, los napolitanos tendrán un nuevo técnico por tercera vez esta temporada, puesto que Mazzarri llegó para sustituir a Rudi García, que fue destituido el pasado noviembre y que no pudo dar continuidad al proyecto de Luciano Spalletti, quien logró que el Nápoles se llevara el 'Scudetto' después de 33 años. Pero esta caída libre del equipo italiano parecía estar escrita desde el verano, momento en el que De Laurentiis tuvo que 'conformarse' con García al no poder convencer a ningún técnico 'top' de asumir el cargo, a pesar del reciente título de liga. 

Luis Enrique, 'culpable' de la crisis que atraviesa el Nápoles

Y es que la lista de candidatos del empresario italiano siempre estuvo encabezada por un nombre propio: Luis Enrique. La idea del también director de cine era poder dar continuidad al fútbol ofensivo de Spalletti con la idea de posesión e intensidad del míster asturiano, pero siempre acabó encontrándose con un "no" del exseleccionador de España, quien claramente estaba esperando un proyecto con un mejor respaldo económico, sobre todo después de ser un fuerte candidato al banquillo del Chelsea tras los meses posteriores al Mundial de Qatar.

Aquel revés terminó con la decisión de De Laurentiis de llamar a la puerta de Rudi García, solo dos semanas después que Luis Enrique diera ese "no" definitivo. Pero el gran problema parece haber sido pasar de un entrenador de élite a uno que venía de ser despedido en Arabia Saudí y que en Italia siempre ha sido catalogado como un entrenador sin táctica ni trabajo defensivo, algo que se notó casi de inmediato y que le dejó fuera del proyecto solo tres meses de empezar la temporada.

Ahora Francesco Calzona, mano derecha de Spalletti durante su etapa al frente del Nápoles, tendrá el reto de intentar devolver la estabilidad a un club de lo más convulso. Y todo ello con el Barça y el cruce de octavos de la Champions League de por medio, por lo que cualquier resultado que no sea una goleada en contra este miércoles se podría terminar viendo como positivo para al menos llegar con vida al encuentro de vuelta en el Lluís Companys.