Desde el fichaje de Sergio Ramos por el PSG la expectativa con el nivel del español ha estado siempre en la mira, con todos los medios pendientes de lo que puede aportar un central de tal experiencia pero siempre con la duda de su lesión y que un club como el Real Madrid haya decidido de forma tajante que se fuese gratis.

El que fuera capitán merengue comenzó su proceso de recuperación después del fatídico partido en Champions que tuvo ante el Chelsea en semifinales de la pasada campaña, jugando todavía bajo las órdenes de Zidane, pero una vez se marchó a París las cosas se detuvieron y los plazos se alargaron cada vez más.

Recaídas, molestias nuevas y convocatorias salteadas coparon la paciencia del público francés que ya apunta a un fichaje desastroso por parte de la dirigencia del club, además de respetar poco a uno de los mejores defensas que ha tenido el fútbol mundial al menos en los últimos 10 años por su gran trayectoria.

Una titularidad, una suplencia y un partido entero en el banquillo es el registro de Sergio Ramos como jugador del PSG esta temporada, esperando que las cosas tomen un rumbo distinto en las próximas semanas para ser parte del duelo ante el Real Madrid en Champions, eliminatoria clave en la temporada para todos en el club.

Pochettino no lo defiende más

El técnico pasó de esperar con ansias al jugador a meterlo en el saco de todos diciendo que la competencia es grande para los jugadores y que espera que pueda jugar durante los próximos encuentros, aunque de momento tiene en mente alinear a Marquinhos con Kimpembe tal como mostró en el último duelo.

La pareja de centrales está funcionando bien y salvo alguna lesión o baja por Covid, parece que seguirá siendo así, obligando a Pochettino a jugar con línea de tres o armar un problema gigante en el vestuario para darle la titularidad a Ramos, que vive ahora más de su pasado que de su presente.