El coronavirus continúa afectando al desarrollo de todas las actividades del mundo, y se ha cebado con el deporte. Entre las medidas de seguridad y prevención se ha decretado un parón temporal de la mayoría de competiciones, con el objetivo de frenar el avance de la epidemia y tener más margen para controlar la situación. De momento, se vive un periodo de incertidumbre que se irá modificando con el paso de los días.

El fútbol ha optado por imponer paciencia, precaución y trabajo para no abandonar una organización que puede ser clave, ya que se están multiplicando las dudas debido a que los campeonatos están detenidos. Las fechas para recuperar partidos y eliminatorias escasean en un año en el que hay torneos mayores de selecciones en verano, por lo que se ha priorizado la evaluación continua y el contacto frecuente con las autoridades para elegir un camino que permita poner fin a la temporada con el menor perjuicio para todos los implicados.

En tiempos de crisis, es difícil pensar en positivo, pero hay quien es capaz de encontrar oportunidades. Sin ir más lejos, en el FC Barcelona existe una lectura optimista de este complicado bache, que obviamente no es agradable para nadie pero que habrá que superar con calma y evitando los riesgos innecesarios. La enfermería azulgrana podría ser la principal beneficiada por unas obligaciones que han quedado en pausa hasta que todo vuelva poco a poco a la normalidad.

Luis Suárez ha encontrado el hueco que buscaba para recuperarse de su lesión de rodilla y regresar a los terrenos de juego, tras avisar en una entrevista reciente que no tenía pensado estar cuatro meses de baja. El uruguayo, que pasó por el quirófano en enero, reveló a los aficionados que el proceso va mejor de lo que se esperaba, y aunque subrayó que respetará la opinión y la cautela de los médicos que le supervisan, anunció que seguía decidido a recortar plazos y a reaparecer antes de final de curso para ayudar a sus compañeros en la lucha por los títulos.

Este frenazo en el calendario podría otorgar al de Salto el tiempo necesario para recibir el alta y volver a entrar en acción, sin tantas prisas y con más encuentros a su disposición. El hecho de que todo se retrase dos semanas, como mínimo, aumenta la esperanza del delantero, que sabe que podrá coger ritmo a base de entrenamientos y enfrentarse a unas competiciones que podrían alargarse incluso hasta el mes de junio.

Dembélé lo tiene más complicado que Suárez

La oportunidad de Suárez no está tan clara para Ousmane Dembélé, el otro lesionado de larga duración del Barça. Aunque otros, como Sergi Roberto y Arthur también podrían aprovechar este margen para aparcar sus problemas físicos, la baja del francés se estimó en unos seis meses, lo que le impediría llegar a tiempo para tener minutos de calidad. Además, el de Vernon cuenta con otro inconveniente, y es que como su ficha se sustituyó por la de Martin Braithwaite en LaLiga, hasta la campaña 2020-21, solamente podría participar en la Champions League.