Arthur Melo llegó al FC Barcelona en verano de 2018 como uno de los futbolistas de 'perfil Xavi Hernández' que podían ayudar al equipo azulgrana a mantener la apuesta por un estilo de posesión a partir de un centro del campo creativo. El brasileño empezó maravillando por su talento, pero no acabó de ganarse un puesto como fijo y, cuando era titular, acababa siempre sustituido.

Desde el club y el cuerpo técnico, se le pedía un paso adelante al brasileño. El talento siempre lo tuvo, pero esta temporada ha experimentado una metamorfosis que no solamente ha hecho que deje de ser un habitual de las sustituciones, sino también que su puesto en el once titular sea una apuesta fija del Txingurri partido tras partido.

El cambio más importante que ha llevado a Arthur a convertirse en un indiscutible en la medular junto a Frenkie de Jong​ y por delante de intocables de temporadas pasadas como Sergio Busquets o Ivan Rakitic ha sido el físico. La preparación del centrocampista brasileño ha sido mucho más intensa y productiva, también más adaptada a un fútbol de élite como el europeo.

Arthur llegó desde Brasil avalado por su enorme calidad técnica, pero también muy acostumbrado al estilo de juego brasileño, mucho menos exigente físicamente y en el que tener talento hace destacar más. Al llegar al Barça, Arthur no tardó en maravillar por sus cualidades, pero también dejó al descubierto que físicamente estaba por debajo de lo que es necesario para triunfar.

El Arthur del presente es mucho más fuerte físicamente, y abarca mucho más campo debido a que ha incrementado su resistencia. El brasileño ha sido disciplinado y no ha hecho oídos sordos a lo que se le pedía. Lógicamente, la recompensa ha caído en forma de convertirse en un futbolista clave en el equipo. Lo está jugando todo y a un nivel superior al de la pasada campaña.

El Arthur más ofensivo

Arthur llegó de Brasil como un mediocentro posicional, pero en el Camp Nou le tenían reservado el rol de interior, que requiere también que el centrocampista se incorpore al ataque. Su mejora física ha influido también en su capacidad de abarcar más campo y ahora es más habitual verle merodear el área rival. De hecho, ya lleva dos goles este curso.