El pasado verano, el FC Barcelona dejó marchar a Luis Suárez de forma gratuita al Atlético de Madrid, en pro de reducir la abundante masa salarial que tenía ahogado al club y que aún mantiene en la oscuridad a la situación económica del conjunto blaugrana. A partir de ahí, el uruguayo se ha estado encargando permanentemente de demostrarle al mismo equipo catalán y al mundo del fútbol en sí que aún tiene con qué mantenerse en la élite.

De hecho, el rendimiento de Suárez en su primera temporada en el cuadro "Colchonero" está siendo solo comparable con el de Radamel Falcao, quien anotó 36 goles y repartió seis asistencias en su primera campaña en la capital española. El sudamericano, con sus 14 anotaciones en 20 encuentros, está a punto de superar los registros de David Villa y Mario Mandzukic, quienes marcaron 15 y 20 goles respectivamente, en la primera y única temporada que ambos tuvieron como jugadores del Atlético.

Lo curioso del caso es que la marcha de Suárez al Atlético a sido beneficiosa para todas las partes, menos para el Barcelona. La falta de gol que a veces atraviesa la plantilla de Ronald Koeman, sumada a la ausencia de un jugador que sea la referencia ofensiva dentro del campo, arrastrando marca  finalizando las jugadas propuestas por los demás futbolistas, castiga partido tras partido al equipo culé. 

En contraparte, el Atlético de Madrid ha disfrutado de las grandes actuaciones de Suárez, cuyos goles han servido al equipo dirigido por Diego Pablo Simeone para ocupar el liderato de LaLiga Santander, trofeo por el que hoy son los candidatos mejor posicionados y que no obtienen desde el 2014. El estilo de juego aguerrido que caracteriza al charrúa, aunado a su aún vigente olfato goleador, han sido la combinación perfecta para potenciar el esquema del "Cholo".

Suárez, el mayor error del Barcelona

Está más que claro que la marcha de Luis Suárez del FC Barcelona respondía a la necesidad de aligerar la masa salarial que rodeaba al club, la cual era sumamente grande. Sin embargo, antes de darle salida al charrúa, el club culé debió considerar forzar otras bajas que no afectaran tanto al funcionamiento del equipo.

El Barcelona sufre para marcar en algunas ocasiones y, si no es así, tiene también bastante dificultad para proponer jugadas de peligro, tales como las que Suárez solía ejecutar cuando se combinaba con Messi. De continuar en el cuadro culé, es bastante probable que la falta de gol no fuese un problema tan severo.