Antoine Griezmann cada vez está más integrado en el club, tanto en el campo como fuera de él. Este domingo, un día después de su gran actuación contra el Eibar en Ipurua, el atacante francés se dejó ver en el Palau Blaugrana, al que acudió para presenciar el FC Barcelona-Herbalife Gran Canaria (89-75).

Es la primera vez que se 'escapa' al Palau, aunque seguro que no será la última. Y es que bien sabida es la afición de Griezmann por el baloncesto, así como su afinidad por los Brooklyn Nets de la NBA. En el Barcelona de baloncesto tiene a un gran amigo como es Nikola Mirotic, con quien bromeó minutos antes del compromiso a pie de pista.

Griezmann acudió al Palau acompañado por su amigo y asesor Héctor Fernández, y el FC Barcelona celebró a través de las redes sociales la presencia del futbolista galo. Otros jugadores del FC Barcelona como Gerard Piqué y Sergi Roberto también se dejan ver habitualmente en el Palau, así que no será extraño que Griezmann les acompañe en próximos partidos del Barça Lassa.

Al jugador francés cada vez se le ve más suelto, y desea que los próximos partidos le sirvan para seguir marcando goles, ofreciendo un buen rendimiento y ayudando al equipo, en todo cuanto pueda, para obtener triunfos. Tenía la gran ilusión de venir al FC Barcelona para conquistar títulos como LaLiga y la Champions League, y está dispuesto a luchar por ello hasta el final.

Brotes verdes con Griezmann en el Barça

Poco a poco se va entendiendo mejor con Leo Messi y Luis Suárez en el frente de ataque, y lo más probable es que el próximo miércoles vuelva a ser titular en la visita del FC Barcelona al Slavia de Praga, en la tercera jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League. Tendrá que competir por los minutos con Ousmane Dembélé, quien aspira a tener incidencia en el juego tras haberse perdido el Eibar-Barça por sanción.

Griezmann, en definitiva, está muy contento en el FC Barcelona y satisfecho de ver brotes verdes en su adaptación. De aquí a unos cuantos años, cuando decida hacer las maletas del Barça, habrá que ver si los 120 millones de euros pagados por su incorporación merecieron o no la pena.