Pasan los partidos y seguimos sin ver brotes verdes en lo referente a la adaptación de Antoine Griezmann. El francés parece un 'intruso' en el ecosistema de juego del FC Barcelona: no acaba de encajar en la formación 4-3-3, ni de extremo ni de falso nueve, y además sigue sin mostrar sinergia con sus compañeros. Ha marcado cuatro goles en 12 jornadas de Liga Santander, pero es que en Champions League ni siquiera se ha estrenado aún con la camiseta azulgrana.

Este martes, contra el Slavia de Praga (0-0) en el Camp Nou, ni siquiera fue capaz de disparar a portería ni de tener alguna ocasión clara de gol. El atacante francés ha sido titular en las cuatro primeras jornadas de la fase de grupos en Dortmund, en el Camp Nou contra el Inter, en Praga y de nuevo en casa ante el Slavia, pero en ninguno de los partidos se le ha visto cómodo.

La temporada pasada transformó cuatro goles con el Atlético de Madrid en la Liga de Campeones, pero su última diana en la máxima competición europea de clubes data del 28 de noviembre. Está cerca de cumplirse un año de ello, lo que es una muestra clara de que al galo no se le da demasiado bien la Copa de Europa -al menos hasta ahora-, al no haberse encontrado ningún curso entre los máximos realizadores del torneo.

Ernesto Valverde le seguirá dando oportunidades y el jugador ya sabe que necesita mejorar y acelerar su adaptación, pero la paciencia tiene un límite... Y la del barcelonismo se va agotando cada vez más. Contra el Slavia de Praga ya pudieron oírse algunos pitos hacia el francés a medida que avanzaba el partido, de la misma forma que se escucharon también contra Dembélé cuando fue sustituido.

El barcelonismo espera mucho más de Griezmann

La afición culé no olvida que uno costó 120 millones de euros, el otro 105 'kilos' más 40 en variables y que ninguno de los dos ha logrado explotar todavía en Can Barça, a pesar de que sí han tenido actuaciones sobresalientes de manera aislada. Siguen sin encontrar la regularidad de Leo Messi y, también en cierta medida, de un Luis Suárez cuya ausencia se notó ante el Slavia.

Griezmann tendrá que ponerse las pilas si no quiere que los pitos contra él se acrecenten. No todo es culpa del galo, teniendo en cuenta que el estilo del Barça es radicalmente distinto al del Atlético de Madrid. Rendiría mucho mejor de segundo punta o mediapunta en un 4-2-3-1, pero por ahora no parece que Valverde esté dispuesto a salirse del 4-3-3. El tiempo dirá si es la decisión correcta... Y, si no lo es, quizá ya sea demasiado tarde para cambiar.