Ya hace muchas semanas que el Valencia ronda algunos futbolistas del FC Barcelona. El primero fue Denis Suárez, que era muy del agrado de Marcelino García Toral, técnico che, pero el centrocampista gallego optó por volver a su tierra para jugar en el Celta de Vigo. La opción en la recámara del club de Mestalla era -y sigue siendo- la de Rafinha Alcántara.

El hispano-brasileño era uno de los futbolistas del primer equipo que el FC Barcelona consideraba prescindible y susceptible de traspaso a otro equipo, pero en las últimas semanas se ha producido un cambio de escenario radical que complica mucho no solamente la llegada de Rafinha al Valencia, sino directamente el adiós del pequeño de los Alcántara del Camp Nou.

En primer lugar, porque el nivel que ha mostrado durante la pretemporada y en el inicio del campeonato liguero ha sido muy bueno, algo que ha hecho que Ernesto Valverde tenga interés en retenerle. Estamos ante un futbolista de gran calidad al que las lesiones no han respetado pero que, cuando juega, siempre cumple. Sin ir más lejos, Rafinha fue de los pocos que jugó bien en San Mamés contra el Athletic Club.

La segunda circunstancia que dificulta su traspaso antes del cierre de mercado -que se producirá el próximo día 2 de septiembre- es la lesión de Ousmane Dembélé, que mantendrá de baja al extremo francés durante las próximas cinco semanas. O, lo que es lo mismo, el Txingurri perderá al 'mosquito' para los próximos tres partidos de Liga y puede que para un cuarto.

A los problemas físicos hay que añadir también los de Luis Suárez y que Leo Messi todavía se está recuperando de una lesión muscular. Antoine Griezmann es el único delantero que está al cien por cien físicamente y naturalmente, esto abre de par en par las puertas de la titularidad a Rafinha. El hispano-brasileño tiene cualidades que gustan a Valverde y no solo por su calidad, sino también por una polivalencia que le permite actuar como delantero o centrocampista.

Rafinha termina contrato en 2020

La parte negativa de no traspasar a Rafinha es el riesgo de que en junio de 2020 se pueda marchar sin que el FC Barcelona perciba ni un solo euro por su marcha. El centrocampista termina contrato en menos de un año y en enero será libre de negociar gratis su 'fuga' si antes el FC Barcelona no consigue renovarle.