Aunque los trofeos individuales olvidaran sus logros en 2017, Leo Messi volvió a demostrar que sus hechos hablan por él sobre el césped. En un partido de la importancia del Clásico, el argentino lideró a un FC Barcelona que dio un gran paso hacia el título y que apartó a la vez de su camino a su máximo rival.

Y, como es habitual en el de Rosario, lo hizo con los esfuerzos justos. El delantero azulgrana conoce su cuerpo como nadie y tiene más que claro cuando debe acelerar. Cuando lo hace es prácticamente imparable, y es por eso que está, si no es que es, entre los mejores jugadores del planeta.

Tal y como señala un estudio publicado por 'El Periódico', Messi recorrió en el Santiago Bernabéu 8,03 kilómetros. De ellos, la mayoría fueron andando (6,67, el 83,3%), y el resto fueron trotando (867 metros, el 10,8%) y corriendo (397 metros, el 4,95). Sólo 92,3 metros fuero al sprint (1,15%), lo que indica que el '10' domina los tiempos a la perfección.

A pesar de todo, el atacante dejó huella en el encuentro, y no sólo en lo referente al marcador. Simplemente con estar fue clave en el primer tanto del Barça, atrayendo la presencia de Mateo Kovacic y dejando vía libre a Ivan Rakitic. Más directo fue en el segundo y en en el tercero, con un gol de penalti y una asistencia. Es decisivo.

Cristiano se hunde

Quien no realizó un mal partido pero acabo desesperado por errores propios y ajenos fue Cristiano Ronaldo. El portugués no sólo falló a su cita con el gol, sino que además quedó retratado por un horrible golpeo en una jugada que bien pudo convertirse en el 1-0. Mientras sigue poniendo las manos para recoger trofeos, los pies le delatan en las canchas.