Incluso en los partidos en los que está menos brillante, Leo Messi es capaz de maravillar en jugadas aisladas y ser determinante. El FC Barcelona mandaba ya por 0-2 gracias al 'doblete' de Luis Suárez en Butarque contra el Leganés, y en los últimos diez minutos de partido, aprovechando los espacios que dejaban atrás los 'pepineros', los blaugrana buscaron de forma incansable el tercer tanto.

No lo encontraron hasta el último minuto del tiempo reglamentario, en el 90, cuando Leo Messi recibió al borde del área, efectuó un buen pase en profundidad para aprovechar la internada al área de uno de sus compañeros y, después, se dirigió hacia el balón para recoger un rechace.

Todavía estaba en el interior del área y, rodeado de jugadores contrarios, se fue al suelo por la inercia de las cargas de los defensores contrarios. Allí, desde el césped, fue cuando pensó en una décima de segundo. Mientras caía, Leo Messi dio un último toque de balón desde el piso para conectar con Paulinho, que fue quien remató con la puntera para anotar el tercer y definitivo gol del partido.

Messi, conectado aunque esté desconectado

La jugada vuelve a demostrar, una vez más, que Leo Messi tiene un auténtico radar para visualizar mentalmente dónde están sus compañeros y conectar con ellos prácticamente sin levantar la vista del balón. Puede que no marcara ni completara una gran actuación en Butarque. Y, aun así, Messi volvió a contribuir en forma de gol o asistencia en la enésima victoria del Barça.

A partir de ahora, el '10' se concentrará única y exclusivamente en el encuentro del próximo miércoles contra la Juventus en Champions League. En Turín, el Barça tendrá el objetivo de certificar matemáticamente el pase a octavos de final.