A final de la presente temporada, el FC Barcelona seguirá haciendo cambios en su plantilla, configurándola a base de fichajes y salidas. Uno de los nombres que estarán en el foco de cara al próximo verano será el de Ousmane Dembélé. El delantero francés sigue sin explotar debido a la falta de continuidad que le ocasionan sus constantes problemas físicos y la paciencia se está agotando.

Se prevé que 'el mosquito' regrese a los terrenos de juego muy pronto, ya que esta semana ha comenzado a trabajar con el resto del grupo. En el momento en el que reciba el alta médica, el francés empezará un examen que determinará si el club sigue depositando su confianza en él a partir del próximo verano o si por el contrario lo pone en el mercado.

Hay que tener en cuenta que la competencia en el tridente ofensivo es feroz ya que, pese a la lesión de Luis Suárez, el FC Barcelona apostará por la llegada de otro delantero, que podría ser Rodrigo Moreno. Será ahí cuando Dembélé tendrá que pelear con el hispano-brasileño (en caso de que se cierre su fichaje), con Antoine Griezmann o con Ansu Fati para hacerse un sitio en los planes de Quique Setién.

Por tanto, Dembélé ya no tendrá margen de error y deberá ganarse el puesto desde cero. Con Ernesto Valverde, siempre tuvo oportunidades, y se prevé que las siga teniendo con Setién al mando del equipo. Será a partir de entonces cuando el extremo deberá recuperar sensaciones y ritmo para poder ser ese futbolista desbordante que el barcelonismo -que cada vez tiene menos fe en él- desea ver desde 2017 y del que solamente ha visto pinceladas.

Dembélé no ha podido brillar con continuidad

En las dos temporadas y media que hace que juega en el Camp Nou, el 'mosquito' ha dejado luces y sombras. La mejor noticia para el barcelonismo es que las luces las ha dejado sobre el campo, con numerosas jugadas que han demostrado su nivel técnico, su velocidad y el hecho innegable de que se trata de un futbolista distinto que puede aportar mucho tanto en el presente como en el futuro.

No obstante, no se puede olvidar el lógico y constante problema de sus continuas lesiones​. En su primera temporada como culé, estuvo meses en el dique seco y su poca continuidad no le permitió ser un jugador importante, pese a dar pinceladas de clase. La pasada temporada, empezó como un tiro, marcando goles y siendo fundamental, pero volvió a ser víctima de los problemas físicos en el tramo decisivo de la temporada. En esta, ha vuelto a ser víctima de sus músculos de cristal, pero espera haber podido solucionar su problema tras su paso por Qatar.