Ansu Fati consiguió hacer historia con un golazo contra el Inter de Milán que le convirtió en el anotador más joven de la historia de la Champions League, con 17 años acabados de cumplir. Un tiro raso desde la frontal del área, totalmente pegado al poste y ajustado hasta tal punto que Handanovic no pudo alcanzar el balón. Un tanto que supone un golpe encima de la mesa y una irrupción importante en el panorama europeo.

La prensa mundial ya comienza a comparar a Ansu Fati con un Leo Messi que tardó casi un año y medio más que el de Guinea Bissau en estrenarse en la máxima competición continental. Las comparaciones son odiosas, y más si es con el mejor jugador de la historia en frente, pero no hay que eludir que la joven perla culé, del mismo modo que pasó con el astro argentino, juega a temprana edad como si fuese un veterano.

Ansu Fati es un futbolista de tremendas virtudes técnicas. Estamos hablando de un regateador nato, un futbolista capaz de desbordar -preferentemente desde la banda izquierda o desde el centro- por técnica y velocidad. Además, también ha demostrado que tiene instinto para el gol y visión para convertir sus jugadas individuales en posteriores asistencias. Un crack a nivel individual y colectivo.

De hecho, puede convertirse en un futbolista muy importante para el FC Barcelona ya no solamente en el futuro, sino en esta misma campaña. Sobre el papel, y más tras la lesión de Ousmane Dembélé, el 'tridente' ofensivo titular lo forman Leo Messi, Antoine Griezmann y Luis Suárez, pero el joven atacante de Guinea Bissau es un extremo que aporta virtudes distintas a la par que necesarias.

Es cierto que hay que ir con cuidado con el trato de un jugador tan joven, pero el primer equipo necesita de su frescura para salir adelante. Con Ansu Fati puede estarse cocinando un jugador clave para el Barça en las dos próximas décadas y las próximas decisiones que se tomen con él pueden ser determinantes para su futuro y el del club.

Una renovación ganada a pulso

En pocos meses, Ansu Fati ha conseguido pasar de ser un jugador internacionalmente desconocido -formaba parte del Juvenil A del FC Barcelona- a una de las grandes revelaciones a nivel mundial. Ante su ascenso meteórico, la entidad catalana ha tomado cartas en el asunto y recientemente anunció su renovación, pasando su cláusula de ser de 100 millones de euros a 170.