Neto Murara está muy cerca de convertirse en nuevo jugador del Celta de Vigo. El conjunto gallego busca otro portero tras la salida de Matías Dituro y el brasileño encaja en los planes del técnico Eduardo Coudet, pero su fichaje sigue bloqueado por un tema económico. Según ha confirmado 'SPORT', los papeles del traspaso están listos en las oficinas del FC Barcelona, pero el de Araxá se niega a renunciar a un millón de euros que deben reducirse a su ficha para que la operación cuadre.

Con contrato hasta junio de 2023, Neto percibe un salario muy elevado para un portero suplente: 4.9 'kilos' por temporada. El Celta no aceptará un traspaso por esta cantidad y el portero se niega a cobrar menos, por lo cual la negociación está bloqueada. Para el Barça, el traspaso solo supondría liberar masa salarial y un lugar en la plantilla, ya que el conjunto gallego no pagará nada por el fichaje.

Así, el jugador de 32 años fichará como agente libre tras rescindir su contrato con el Barça, el cual firmó en 2019 por cuatro años. En tres temporadas como culé apenas ha disputado 21 partidos, condenado al banquillo debido a la titularidad indiscutible de Marc-André ter Stegen. En enero, la directiva blaugrana negoció su traspaso a algún club brasileño, pero el guardameta se negó a escuchar ofertas.

Esto hizo que el Barcelona perdiera la oportunidad de fichar a Stole Dimitrievski. Finalmente, el macedonio se quedó en el Rayo Vallecano y renovó su contrato hasta junio de 2024. Ahora, en Camp Nou esperan que Neto ceda a sus pretensiones económicas y acepte la oferta la oferta del Celta, puesto que los de Vigo no esperarán mucho más para retirar la oferta que lleva varias semanas en las oficinas culés.

La carta de libertad, última opción para librarse de Neto

Si el portero finalmente se niega a marcharse al Celta, al club no le quedará más remedio que darle carta de libertad y dejar que él resuelva su futuro. Sin embargo, esta opción no es viable para el Barça porque, en ese caso, estaría obligado a pagarle los 4.9 millones de euros íntegros que restan de su último año de contrato. Por ello, la intención de la directiva es enviarle a otro club que asuma la totalidad de su ficha, siempre y cuando el brasileño acepte bajarse el sueldo.