Las posibilidades de Ansu Fati con la llegada de Quique Setién

Ansu Fati llegó como un rayo. Sin que nadie lo esperase, pasó de jugar en el Juvenil A del FC Barcelona​ a ser convocado por Ernesto Valverde para el primer equipo, que estaba falto de efectivos tras las lesiones de Leo Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé. Su gran rendimiento con apenas 16 años (ahora ya tiene 17) hizo que se ganase al barcelonismo rápidamente y también le convirtió en una de las grandes sensaciones a nivel europeo.

En este inicio de 2020, se le vuelven a abrir las puertas del protagonismo que perdió cuando los lesionados se recuperaron. Más que nada porque, a día de hoy, se repiten las circunstancias: Dembélé volvió a caer y será baja hasta el mes de febrero y Luis Suárez estará cuatro meses en el dique seco después de que le operasen de su rodilla. Es ahí donde Ansu Fati puede dar un golpe de autoridad.

Otra connotación que hay que tener en cuenta para vislumbrar si tendrá o no un papel importante es la llegada de Quique Setién, que puede beneficiarle o perjudicarle. Beneficiarle porque al técnico cántabro le encanta cuidar la cantera y, de hecho, ya fue a ver un partido del filial para observar qué jugadores pueden interesarle; perjudicarle, porque podría cambiar el sistema de juego y pasar a apostar por dos delanteros, excluyendo al joven extremo en beneficio de los intocables Leo Messi y Antoine Griezmann.

Por ello, las impresiones que se lleve Setién en estos primeros días de entrenamientos pueden ser cruciales para Ansu Fati. Este domingo, contra el Granada, se desvelará la incógnita del sistema de Setién y también si el de Guinea Bissau es la primera opción tras las bajas de Dembélé y Suárez. Lógicamente, de un partido no se podrán sacar conclusiones decisivas en cuanto al papel del joven delantero, pero sí se verá si de entrada tiene la confianza del nuevo técnico.

El Barça le renovó para evitar una posible 'fuga'

Por méritos propios, ya nadie duda de la calidad de un futbolista que, pese a tener 17 años, cuando salta al terreno de juego muestra la serenidad de un veterano de 30. A todo ello, añadámosle su velocidad, su facilidad para desbordar, su capacidad de asociación y ese descaro tan suyo para buscar el gol.

Todos ellos son ingredientes más que suficientes para que la directiva culé decidiese hace algunas semanas mejorarle el sueldo y ponerle una cláusula que a día de hoy es de 170 millones pero que cuando tenga ficha del primer equipo será de 400, a la altura de los mejores futbolistas de la plantilla azulgrana. Un blindaje que era necesario para un futbolista de su proyección.