Son muchos los futbolistas que han seguido el camino de sus padres. Nuevas generaciones que han heredado el talento y la pasión por este deporte. Unos han triunfado como sus progenitores, mientras que otros no tanto. En todo caso, el amor por el balón está de manifiesto.

Familias unidas por el balón  

  • Luca Zidane. El segundo hijo del actual entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, decidió seguir los pasos de su padre, pero no en el centro del campo sino como guardameta. En la actualidad defiende los palos del modesto Rayo Vallecano, pero lo hizo en su oportunidad en la entidad blanca. Otro que también hace carrera dentro del fútbol es Enzo, quien ha jugado en el Deportivo Alavés, Rayo Majadahonda y UD Almería. 
  • Marcos Llorente. El centrocampista ofensivo del Atlético de Madrid ha recorrido a la inversa el mismo camino que su padre, Paco Llorente, quien después de debutar en Primera División con la camiseta colchonera cambió el Manzanares por Chamartín para convertirse en refuerzo de lujo de la ‘quinta del Buitre’.  
  • Saúl Ñíguez. Junto a sus hermanos Aaró y Jonathan Ñíguez, también sigue los pasos de su padre, José Antonio Ñíguez ‘Boria’, quie fue un delantero durante gran parte de su carrera en el Elche, específicamente entre 1981 y 1988.  
  • Borja Bastón. Es la misma situación de Luca, pero a la inversa. Él se desempeña como delantero en el CD Leganés, mientras que su padre, Miguel Bastón, vistió siempre los mismos colores y fue testigo desde la portería del inolvidable viaje del Real Burgos desde la tercera división hasta la élite del fútbol español.  
  • Álex Blanco. El extremo, quien al fin ha debutado con el primer equipo del Valencia, heredó el gusto por la pelota de su padre Tito Blanco, quien pasó por las categorías inferiores del FC Barcelona y destacó en el medio del campo. Jugó en la máxima categoría con el Numancia y el Levante UD, club en el cual ejerció como director deportivo. 
  • Fer Niño y Rafa Mir. Ambos son delanteros, uno en el Villarreal CF y otro en la SD Huesca. Además, comparten el hecho de que sus progenitores debutaron en la máxima categoría en el RCD Mallorca: el primero, Fernando Niño, actuó por 149 partidos repartidos en ocho temporadas entre 1998 y 2006; mientras que el segundo, Magín Mir, disputó 228 minutos con el primer equipo balear entre 1988 y 1991.