La competición española está al rojo vivo, más que nunca y gran parte de la responsabilidad la tiene el arbitraje, que ha vuelto a ser protagonista en LaLiga Santander una vez más. Este domingo, en el choque entre Real Madrid y Sevilla, Martínez Munuera se vistió de enemigo para el conjunto madridista, por primera vez, lo que generó un sinfín de polémicas por parte de los de Zinedine Zidane. 

El Real Madrid pudo abrir el marcador con un tanto de Karim Benzema que fue anulado antes del primer cuarto de hora del partido. El remate del francés nació tras una jugada de Vinícius, que mandó el esférico a Odriozola, pero el lateral estaba ligeramente adelantado, por milímetros, razón por la que el VAR intervino para negarle la celebración a los madridistas.

Aunque los de Zidane seguían al acecho y presionaban muy cerca del área de Bono, poco después llegó el tanto del Sevilla, precedido por una falta polémica de Casemiro, que había ido a interceptar un balón dividido con Jordán y el sevillista cayó al suelo. Munuera pitó la pena máxima y, ante las protestas del brasileño, le mostró la cartulina amarilla de inmediato. 

Finalmente, Fernando marcó el tanto que abría el marcador ante un despiste de la defensa madridista. A los de Zinedine Zidane le estaba costando más de lo normal acercarse al área y generar peligro, hasta que en el segundo tiempo Marco Asensio se vistió de héore y empató el encuentro, en una acción que el VAR también revisó. 

El penal de Militao y la polémica mayor

La locura llegó en Valdebebas cuando, con intervención del VAR, Munuera señaló un penalti a favor del Sevilla por una mano de Éder Militao, que no desaprovechó Rakitic. Una acción que se revisó después de que Karim Benzema, en un contragolpe, fuese derribado por Bono. Una acción que generó la polémica en Valdebabas y provocó los lloros de Emilio Butragueño o de Zinedine Zidane.

Para fortuna de los madridistas, Toni Kroos se sacó un disparo muy potente desde fuera del área a los cuatro minutos del tiempo añadido que Eden Hazard desvió para mandar al fondo de las mallas de Bono, empatar el encuentro 'in extremis' y así recuperar un punto en la visita del Sevilla a la capital española.