¡El Chelsea conquista el Mundial de Clubes tras vencer al Palmeiras!

¡Broche de oro para la gloriosa temporada del Chelsea FC! Los 'Blues' han conquistado el último título que le faltaba en la era Roman Abramovich: el tan anhelado Mundial de Clubes, con el que queda bautizado como el mejor equipo del planeta. Los dirigidos por Thomas Tuchel derrotaron en la prórroga (2-1) a un combativo Palmeiras, que luchó con todo pero que acabó sucumbiendo a un penalti forzado por César Azpilicueta y transformado por Havertz.

El conjunto 'blue' impuso condiciones desde el pitazo inicial en un escenario táctico previsible, con el 'verdao' replegado con una línea de cinco atrás y sintiéndose confortable con su fútbol reactivo de achicar espacios. Sin embargo, los ingleses no fueron capaces de transformar sus claras ocasiones de gol mientras que sus dos únicas finalizaciones entre los tres palos no llegaron hasta el tiempo de descuento, una de ellas con un misil de Thiago Silva, que su compañero en la selección de Brasil, Weverton, mandó a córner.

Se le veían las costuras al Chelsea. Podía apretar, con su presión de bloque alto, pero no ahogaba al rival. Por su parte, los brasileños, acostumbrados a gozar en el sufrimiento, seguían entregados a su doctrina de trabajo a destajo conscientes que sus opciones pasaban por aprovechar un solo balón. Por eso, el 0-0 del descanso les parecía glorioso.

Un pretendido del Barça sentenció el final

No quedó duda de que el conjunto londinense fue el mejor en la media hora añadida de la final ante el Palmeiras, lo que terminó de decidir el partido. Los 'blues' recuperaron su temple, el criterio y el atrevimiento. Avisó con un balón al larguero de Werner (en caso de entrar habría sido anulado por el VAR por fuera de juego) y se hizo el dueño del partido.

Defendiéndose ordenadamentes, el Palmeiras solo miraba el reloj apretando el final. Fue entonces cuando llegó la jugada clave del encuentro: Azpilicueta remató y el balón tocó en las manos de Luan. Protestaron los ingleses y el VAR mostró el camino de la pena máxima. Havertz no perdonó. Marcó y decidió campeonato mundial del Chelsea.