A pesar de que muchos medios se empeñan en colocarle como el primer candidato a ganar el Balón de Oro 2016, Cristiano Ronaldo sigue empeñado, actuación tras actuación, en desdecirlos. El internacional portugués sigue con su nefasta racha de juego a lo que se le ha de sumar su forma de ser insoportable.

Ya no es sólo que el delantero esté en declive y baje su nivel, sino que lo que hace es bajar el nivel del resto. Ronaldo volvió a evidenciar ante el Leganés carencias impropias de un jugador de su nivel. Acabó insultando al colegiado del partido Mateu Lahoz y abroncando a sus propios compañeros. En esta ocasión fue Gareth Bale el que se llevó las "buenas palabras" por parte del de Madeira.

Fue en la segunda mitad y después de que el de Cardiff hubiese marcado ya dos goles. En una jugada de ataque, Bale apareció en el corazón del área para probar un chut que sacaba Serantes. A su izquierda esta un Cristiano que tenía a dos defensas encima aunque, a pesar de ello, le recriminó que no le pasase la pelota. Le protestó enérgicamente a su compañero en una actitud propia de una rabieta de niño grande. 

Por lo que hace al resto del choque, el portugués no hizo absolutamente nada para que los suyos pudieran llevarse los tres puntos. Perdido sobre el terreno de juego, estorbándose con Álvaro Morata y Bale, apareció otra vez como delantero centro y ni así pudo ver puerta. Igual que en su último enfrentamiento ante el Legia, Cristiano volvió a naufragar en su espectacular y alarmante declive.

Volvió a exhibir un nivel impropio al que se espera de un futbolista de sus condiciones. Errático y desesperante, sus compañeros comienzan a cansarse ya de su excesiva teatralidad sobre el campo y de sus constantes quejas hacia ellos cuando no le salen las cosas.