La eliminación del FC Barcelona de la Europa League a manos del Manchester United ha vuelto a dejar sobre la mesa un nuevo fracaso europeo. Los azulgrana no se han podido consagrar como reyes del continente desde 2015, cuando aquella gran camada de jugadores daba sus últimos pasos en la élite comandados por Andrés Iniesta, Lionel Messi y el propio Xavi Hernández.

Si bien es difícil considerar algo positivo de este descalabro, lo cierto es que el equipo contará con tiempo para recomponerse y analizar bien la situación en la que se encuentra. Hoy en día el Barça es líder de LaLiga a ocho puntos del Real Madrid y mantiene vivas sus esperanzas en la Copa del Rey, siendo uno de los cuatro semifinalistas de la competición.

De hecho, los culés se medirán también ante los merengues a doble partido en Copa y estarán enfrentados cara a cara en los dos torneos españoles durante los siguientes meses. Sin embargo, los catalanes contarán con la leve 'ventaja' de no disputar ninguna competición entre semana, lo que se traduce en mayor tiempo de descanso entre cada partido.

Xavi dejó claro desde el comienzo de la temporada que el objetivo primordial es ganar LaLiga y la caída en Europa League puede beneficiar en gran medida su cometido. Además, los siguientes dos Clásicos se disputarán en el Spotify Camp Nou, con el aliciente de que los merengues tendrán que hacer rotaciones para refrescar el equipo por el ajustado calendario de la Champions.

La planificación económica

Así las cosas, en Barcelona entienden que lo mejor para las finanzas de la institución es conseguir el torneo doméstico a como dé lugar. El campeón de Liga se embolsa un poco más de 60 millones de euros, una cifra que ayudaría en gran medida a las arcas de cara al próximo mercado veraniego. A ello se le sumaría los nueve 'kilos' de la Supercopa y también cerca de 600.000 euros si alzan la Copa del Rey en mayo. Tres competiciones que dejarían al Barça como campeón absoluto en España.