El Real Madrid de la 'FeliZidane' navega a la deriva por Europa

Puede sonar ventajista, pero es una realidad: el Real Madrid es un barco fantasma que, en estos momentos, navega a la deriva por el Mediterráneo. La goleada encajada en el Parque de Los Príncipes ya dejó claro que los de Zidane no estaban en su mejor versión, y ni siquiera los últimos buenos resultados cosechados en LaLiga Santander, que por ahora le permiten liderar la clasificación, han ahuyentado las pesadillas.

La máscara de la 'FeliZidane' ya no se aguanta ni con cola, y el empate de este martes contra el Brujas (2-2), que pudo ser mucho peor, ha vuelto a abrir la caja de los truenos en el Santiago Bernabéu. ¿Dónde están los más de 200 millones de euros que se invirtieron este pasado verano? En el campo no se les ve. Eden Hazard una sombra de lo que fue en el Chelsea, mientras que Militao, Rodrygo, Mendy y Jovic pasan totalmente desapercibidos.

Aréola, el último en llegar, ha sido bien recibido especialmente por la desconfianza que genera Courtois, pero no por excesivos méritos propios. El madridismo necesita algo a lo que agarrarse, y Zidane parece un especialista en arrancar los brotes verdes cuando los ve crecer. Este martes se quedaron fuera de la convocatoria hombres importantes como James y Bale -ambos 'tocados', eso sí-, mientras que jugadores como Brahim, Rodrygo y Mariano podrían haberle dado la frescura que necesita el equipo y también se quedaron en la grada. Y mientras tanto Vinicius Jr, el mejor de la temporada pasada, en el banquillo...

El técnico francés prefirió apostar en ataque por un Lucas Vázquez a quien no le están ayudando nada las oportunidades. Cada vez que sale lo hace peor, y la afición ya no se esconde a la hora de silbarle. Luego está el tema del juego, sin estilo propio ni la garra a la que tradicionalmente nos tenía acostumbrados este club. El FC Barcelona a veces juega al trote cochinero, pero al menos tiene un 'ADN' y una identidad propia.

El Real Madrid está en la UCI y más blanco que nunca

Cuando el Real Madrid no imprime intensidad, ganas y verticalidad a sus partidos, suele sufrir en las dos áreas porque el equipo se parte en dos. Los centrocampistas se descuelgan demasiado arriba -sin saber muy bien adónde van- y luego, ante los atisbos de contragolpe, no son capaces de bajar a tiempo para tapar los espacios que Varane, Ramos y compañía tampoco están muy finos en defender.

Esto acaba de empezar, y está claro que nunca hay que dar al Real Madrid por muerto. Ya son demasiados desmayos, sin embargo, y las caídas cada vez más fuertes. Veremos si este último golpe hace reaccionar al equipo de Zidane o si, por el contrario, le hunde todavía más. El próximo partido de LaLiga Santander tendrá la respuesta. Y, después, un parón de selecciones para reflexionar...