El Real Madrid sigue sufriendo el síndrome post-Cristiano

El Real Madrid comenzó la temporada como un equipo sin rumbo, sin idea de juego y totalmente desmontado contra rivales muy inferiores sobre el papel. Goleado por el Paris Saint-Germain en Champions League y con alarmantes derrotas en LaLiga contra equipos como el recién ascendido Mallorca, el puesto de Zinedine Zidane comenzaba a verse amenazado, así como la posibilidad de sumar títulos.

Pero algo cambió tras esa derrota en Son Moix. El equipo madridista comenzó a mejorar el juego y a dominar los partidos con solvencia, recuperando plenamenta las sensaciones de equipo aspirante a todo. Un único pero se le podía poner al conjunto blanco: llegaba muchas veces a portería pero transformaba pocas, evidenciando una alarmante falta de pólvora.

Un problema que, en apenas una semana, ha invertido completamente la balanza de lo que podría haber sido este final del año 2019, que se ha saldado con tres empates consecutivos y solamente un gol anotado. Un gol que fue agónico y llegó en el último suspiro del partido contra el Valencia en Mestalla, en un encuentro en el que volvió a fallar la puntería en el primer tiempo.

La semana pasada llegó el Clásico del Camp Nou, en el que el Real Madrid consiguió maniatar por completo el juego del FC Barcelona y hacer que los culés apenas pudiesen pasar del centro del campo si no era al contragolpe. Pero, nuevamente, la falta de pólvora en la delantera hizo que, pese a haber permanente sensación de peligro, no se perforase la portería de Ter Stegen.

Los blancos se fueron del coliseo azulgrana con la sensación de haber perdido una oportunidad de oro para ganar en el campo del eterno rival pero con la confianza de un juego solvente. Pero cuatro días después, nuevo varapalo: empate contra el Athletic Club en el Santiago Bernabéu​ en un partido con numerosas ocasiones desperdiciadas que todavía evidenció más la falta de pegada.

Un Real Madrid sin gol

Zinedine Zidane ha logrado reactivar a un equipo que parecía muerto y recuperar el buen juego, pero la falta de gol está siendo un problema mayúsculo. Si Karim Benzema no está inspirado, a los blancos les cuesta un mundo marcar debido a la falta de respuesta de sus atacantes. Vinicius falla lo infallable, Jovic no acaba de arrancar y Mariano vive en el puro ostracismo mientras el madridismo se lleva las manos a la cabeza pensando en Cristiano Ronaldo vestido de bianconero.