El Real Madrid ya espera el comienzo del partido ante el Barcelona por la Supercopa de España con algo de emoción y también una carga de seguridad inmensa. La realidad de ambos clubes contrasta demasiado y los blancos se saben ante una oportunidad de oro para dar un golpe de autoridad en la mesa.

Ambos clubes llegan con matices opuestos en sus plantillas. Los blancos presentan bajas con Bale y Mariano, dos jugadores de poca trascendencia en los planes de Ancelotti, además de la duda que genera Carvajal por su estado físico y la banda derecha en ataque, que no está clara entre Asensio y Rodrygo.

Xavi tiene a Pedri y Ferran, de momento, a falta de ver lo que pueda suceder en los últimos minutos porque ambos vienen de mucho tiempo sin jugar y en el caso del ex City es poco lo que se ha podido integrar al equipo por haber llegado lesionado en el momento que fichó por los culés, aunque ya fue inscrito y presentado con el dorsal 19.

Mala racha

El Barcelona acumula cuatro derrotas y un empate en los últimos cinco enfrentamientos ante el Real Madrid en Liga y desde Ernesto Valverde no hay un técnico capaz de ganarle a los blancos, algo que rechina fuerte en el vestuario y ahora que Xavi es el entrenador, mucho más, porque no está precisamente acostumbrado a perder ante los merengues.

En la Supercopa no cambia mucho la suerte ya que en el total de 13 enfrentamientos que han tenido solo cuatro veces ha podido ganar el Barcelona y en los últimos tres el triunfo ha sido merengue. Ancelotti tiene todo a su favor para ganar este encuentro y el ambiente es una demostración del hecho.

Inyección necesaria

Al ser un partido único para pasar a la final el Barcelona tiene ante sí la oportunidad de recuperar sensaciones y dar un paso al frente en la temporada, demostrar que sí hay mejoría en el club y enfrentarse al Real Madrid en igualdad de condiciones sin los 17 puntos como peso argumental, sin dejar de lado que está la posibilidad de levantar un trofeo también.