Este martes por la tarde, a las 18:55 horas (horario peninsular español), el FC Barcelona hará frente a su cuarto partido de Champions League en la presente temporada. Será en el Camp Nou contra el Slavia Praga y se prevé una buena oportunidad para que los culés traten de hacerse con el liderato en solitario.

Sobre el papel, el conjunto checo es el menos potente de un grupo completado por el Inter de Milán y el Borussia Dortmund, pero en el partido de la tercera jornada, el Slavia ya estuvo a punto de dar un susto al equipo de Ernesto Valverde con un juego impetuoso al que solo le faltó algo de efectividad de cara a puerta. A continuación, las claves del partido:

Recuperación moral tras la derrota contra el Levante

El FC Barcelona viene de hacer uno de los peores partidos de la temporada en el Ciutat de València, contra un Levante que atropelló el sistema defensivo culé con tres goles en siete minutos. Los azulgranas deben recuperarse de ese golpe moral para afrontar con garantías un partido ante un rival que ya demostró hace apenas dos semanas que no es nada sencillo de vencer.

Ausencia de Luis Suárez

Ernesto Valverde no podrá contar con Luis Suárez que es, por el momento, el máximo goleador del FC Barcelona. Ante la lesión muscular del ariete de Salto, el Txingurri deberá buscar soluciones en un tridente alternativo que muy posiblemente esté formado por Leo Messi, Antoine Griezmann y Ousmane Dembélé. La duda sería quién ocupará el puesto de falso '9', siendo la del argentino la opción más probable.

El Camp Nou, un fortín

El FC Barcelona está dejando muchas dudas cuando juega como visitante pero, en el Camp Nou, los culés han logrado hacer pleno de victorias haciendo, incluso, un juego bastante vistoso en algunos encuentros. El equipo azulgrana tratará de mantener dicha fiabilidad como local para afianzar el liderato del grupo. 

Concentración para evitar desconexiones

El FC Barcelona debe evitar irse mentalmente del partido, ya que es algo que está penalizando mucho. Lo hizo contra el Levante y a punto estuvo de hacerlo también contra el propio Slavia de Praga en el partido disputado en tierras checas. En ese duelo, los culés sufrieron mucho en el tramo final y concedieron numerosas ocasiones en poco tiempo. Los partidos duran 90 minutos y hay que jugarlos todos.