El próximo miércoles día 18 de marzo -es decir, en apenas una semana- tendrá lugar el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League entre el FC Barcelona y el Nápoles, después de que en el encuentro de ida, catalanes y napolitanos empatasen a un gol (1-1) y dejasen la eliminatoria completamente abierta de cara al segundo duelo.

No obstante, el coronavirus condicionará totalmente el partido en el que habrá en juego un boleto a los cuartos de final. En especial porque cabe la firme posibilidad que el partido se juegue a puerta cerrada dado el riesgo de contagio y la velocidad de propagación de la enfermedad en los últimos días. Una decisión que se tomará este mismo martes mediante una reunión.

Según las informaciones publicadas por el Mundo Deportivo este lunes, el FC Barcelona -representado por Òscar Grau, CEO de la entidad culé, Albert Soler, director de Secciones Profesionales y Ramon Canal, jefe de los Servicios Médicos del club- se reunirá con los responsables de Sanidad en la sede del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.

Desde el Govern, la postura es clara: quiere que se juegue sin público y así lo ha trasladado este lunes Gerard Figueras, Secretari General de L’Esport de la Generalitat de Catalunya. Por su parte, el FC Barcelona prefiere que el partido se dispute en presencia de los aficionados pero, entiende la situación y acatará el criterio sanitario prácticamente como si fuese un sujeto pasivo.

El medio de comunicación anteriormente mencionado asegura que una de las alternativas que se barajan sería la de acotar el acceso al campo solo a los abonados del FC Barcelona en el Camp Nou. Por otro lado, las entradas todavía están puestas a la venta, pero el sistema informático no permite comprarlas desde tierras italianas.

El impacto económico

Según las informaciones publicadas por el Mundo Deportivo, en caso de que la decisión final fuese la de disputar el partido a puerta cerrada, el FC Barcelona perdería una cifra cercana a los 4 millones y medio de euros, contando la devolución del importe de las entradas y las que no podrían llegar a venderse.