El Sevilla avisa ganándole la Europa League al Liverpool (3-1)

El encuentro comenzó con el Liverpool dominando y con el monopolio del partido y las oportunidades. Los de Jurgen Klopp quisieron imponer su ley con una presión asfixiante que cortocircuiteó el cerebro sevillista, comandado por un Éver Banega que a pesar de ello era lo mejor de los de Unai Emery. David Soria se convirtió en ese momento en el otro mejor rojiblanco sobre el verde pues con tres paradas sostenía a los suyos y evitaba que los ingleses hiciesen sangría.

En una de estas ocasiones, Carriço cometía un claro penalti tras golpear el balón con su mano derecha pero el colegiado del encuentro no lo apreció. Firmino se volvía loco pidiéndole al colegiado la penal máxima pero ni éste, ni los linieres ni el juez de gol pudieron ver una acción que en directo parecía bastante clara.

Iban pasando los minutos y la presión seguía asfixiando a los andaluces que se defendían como gato panza arriba hasta que Dani Sturridge se sacó uno de los goles de la temporada. El inglés recibió de Philipe Coutinho en la frontal del área desde donde sacó un chut espectacular que se coló en la portería de Soria tras completar una rosca mágica.

El gol, que llegaba a diez minutos de finalizar el primer tiempo, dejó muy tocados a los españoles, perdidos ya en defensa y buscando el final de un primer tiempo infernal. El cuadro "red" pudo ampliar en varias ocasiones su diferencia con Lalana, Clyne, Firmino y el mismo Sturridge, pero no acabaron de alojar la pelota en el fondo de las mallas.

Así de fueron ambos equipos al descanso, con un Sevilla desfondado, triste y torpe que no encontraba su esencia de las noches mágicas europeas. Pero esto no era más que un espejismo que rápidamente se encargó de destrozar Kevin Gameiro. A penas un minuto después de comenzar la segunda parte y tras un gran pase de la muerte del lateral Mariano, el galo ponía las tablas y hacía enloquecer a la afición sevillista desplazada a Basilea.

Con esas fuerzas extras que dan los goles, el atacante seguido por el Barça la volvía a tener dos minutos después en un contragolpe que llegó tras un gran pase, nuevamente, de Éver Banega y que dejaba sólo a Kevin, que no pudo batir a Mingolet. Los de Emery enderezaban el partido tras el descanso, que les sentó de maravilla.

Un encuentro absolutamente nuevo que disputaban ambos equipos y donde la tendencia pujante del Sevilla acabó con el golazo de Koke. El capitán del equipo andaluz apareció en una diagonal imposible para marcar con un gran chut con el exterior después de una gran jugada combinativa entre Vitolo y Éver Banega. En ese momento no parecía que nadie pudiese con el Sevilla… Y así fue.

Pues cinco minutos después el mismo Koke, en claro fuera de juego, volvió a fusilar a Mingolet en esta ocasión dentro del área pequeña británica. Tras una jugada con Origi, el central galo Ramí se lesionó muscularmente y tuvo que salir. Desde entonces tocó sufrir aunque saliendo a la contra pudieron anotar incluso un cuarto gol que finalmente no llegó. El partido acabó con un Liverpool indolente, sin ideas y que no se pareció al de otras eliminatorias ni al del primer tiempo. El Sevilla avisa con esta victoria (tercer título consecutivo de Europa League) al FC Barcelona de cara a la final del próximo domingo, no va a ser nada fácil conseguir el "doblete".