Los detalles que Setién cambió respecto a Valverde en su once de estreno

Poco antes de las 20:00 horas de la tarde de este domingo, el FC Barcelona anunció la alineación contra el Granada, que era la primera de Quique Setién como entrenador azulgrana. Viendo los nombres, no se apreciaban cambios significativos respecto a la etapa de Ernesto Valverde, distribuyéndose en un 4-3-3 continuista respecto a lo visto en el resto de la temporada, salvo por las bajas.

No obstante, una vez el balón se puso en movimiento, la versión que el FC Barcelona fue muy distinta a la que se había visto en las últimas temporadas. El 'efecto Setién' empieza a notarse apenas una semana después del anuncio oficial de su fichaje y lo cierto es que lo que se vio sobre el terreno de juego recordó a épocas pasadas en las que el Camp Nou disfrutaba de lo lindo con su equipo.

El primer matiz destacable fue la presión alta. El FC Barcelona se vio más agresivo con una presión más asfixiante sobre la salida de balón del Granada. Leo Messi, Antoine Griezmann y Ansu Fati se convirtieron en los primeros defensores del equipo, que tuvo las líneas más juntas y más opciones de recuperar la pelota en zonas peligrosas o de obligar al conjunto nazarí a rifarla y perderla.

Con balón, la cosa también cambió. La posesión fue exageradamente superior a la del Granada y el juego se volvió más paciente y mucho menos vertical que el visto en las etapas de Valverde, Luis Enrique o Tata Martino, los tres últimos técnicos culés. Las instrucciones eran claras: asegurar el pase para minimizar pérdidas peligrosas que facilitasen los contragolpes del rival.

Sin Luis Suárez, también se desveló la incógnita del '9': Leo Messi​ fue el que jugó por el centro con total libertad, mientras que Antoine Griezmann y Ansu Fati partieron desde las bandas. El astro argentino, de este modo, recuperó esa posición en la que triunfó con Pep Guardiola y que mantuvo hasta la llegada de Suárez al equipo.

En ocasiones faltó chispa

El Barça ofreció una versión reconocible contra el Granada, con mucha paciencia con la pelota y recuperando el juego de posesión, pero en algunas ocasiones faltó algo de ritmo en la circulación de balón. Con un Granada bien ordenado atrás, costó encontrar profundidad y a veces parecía que solamente Ansu Fati o Leo Messi eran capaces de cambiar el ritmo. Tocará seguir mejorando en esta línea.