El panorama mundial del mercado de fichajes está cambiando, y los históricos 'grandes' del fútbol europeo intentan adaptarse a la llegada de los nuevos ricos, equipos que como el PSG y el Manchester City están haciendo temblar a todos los vestuarios del continente. Mientras el Real Madrid protege con esmero su plantilla, en la afición existe alguna duda sobre la estrategia del Barça.

Los motivos, desde luego, son más que consistentes, ya que todo el enredo ha saltado a raiz de la fuga de Neymar hacia el Parque de los Príncipes. Los 222 millones de euros que marcaba su cláusula parecían inalcanzables, pero vistos los últimos movimientos, no son más que el principio de un camino que amenaza con ser demasiado peligroso, en particular en España. LaLiga es una de las pocas competiciones que mantiene la presencia de las cláusulas de rescisión, y esto se ha convertido en un hándicap para los conjuntos que militan en ella, impotentes a la hora de comprar, y todavía más a la hora de vender.

Si el futbolista quiere y el comprador está dispuesto, no hay solución posible, y con las cifras que se manejan hoy en día es para echarse las manos a la cabeza. Porque no sólo fue el brasileño, y es que Pep Guardiola ya deslizó que "si alguien quiere pagar los 300 millones que vale Messi, los pagará. Si tiene el dinero y quiere pagarlo, pues...".

Esta revolución ha inquietado a los seguidores del Barça, que han recibido con algunas dudas que la cláusula del argentino sólo se vaya aumentar en 50 'kilos' tras su renovación. Hasta los 400 que marca la de Ousmane Dembélé parecen pocos a pesar del argumento de que el jugador que quiere estar es por el que realmente merece la pena apostar.

Florentino, ejemplar

Mientas tanto, en el Real Madrid hay menos preocupación por el tema de las cláusulas de rescisión, algo que Florentino Pérez parece tener perfectamente controlado. En la plantilla madridista la tripleta ofensiva -la BBC- cuesta 1.000 millones por cabeza, y ni siquiera los futbolistas de segunda línea tienen un precio más asequible. Marco Asensio o Isco, renovados hace pocos días, cuestan una cifra superior a la del mejor jugador del mundo, y eso es algo que deberían tener más en cuenta en Can Barça. La afición no quiere otro caso Neymar.