El surrealista caso de la FIFA con los hermanos Kelley

Tratándose de la FIFA y el FC Barcelona, la realidad siempre supera a la ficción como en el caso de los hermanos Kelley donde si bien el menor puede jugar con el benjamín del Espanyol, el mayor no puede hacerlo con el alevín del Barça. Una decisión totalmente disparatada

Tickets - Entradas FC Barcelona vs Villarreal - Liga J11
El Clásico - Entradas / Tickets FC Barcelona vs Real Madrid
Tickets - Entradas para todos los partidos del FC Barcelona

Los caminos de la FIFA, desde hace un año para el FC Barcelona, son inescrutables. Y es que la decisiones del máximo organismo mundial del fútbol no tienen ninguna coherencia y parece que sólo se centran en una obsesión enfermiza hacia el Barça. De otra manera no se explica sobre lo que informa el periodista del diario "Sport" Josep Maria Capdevilla y los jóvenes hermanos Kelley.

La familia Kelley lleva varios años viviendo en Barcelona, ciudad a la que llegaron desde norteamérica, y los dos retoños juegan al fútbol en los dos equipos de la ciudad, el Espanyol y el FC Barcelona. Bueno, actualmente uno juega y el otro no. Si bien el pequeño de los Kelley, Kristian, está haciéndolo sin ningún problema, como debe ser, con el Benjamín A del conjunto perico, su hermano mayo Kevin no puede hacerlo con el Alevín C del Barça.

¿Raro? Pues sí, pero para el máximo organismo mundial del mundo del fútbol nada lo es. Y es que todo se debe a la edad de cada uno. Mientras Kristian nació en el 2006 y tiene, por tanto, menos de dies años, su hermano ya ha cumplido dicha edad y entra dentro de una normativa estúpida impulsada por la propia FIFA. Para los jugadores extranjeros que militen en las categorías inferiores de un equipo deben presenta el Certificado Internacional del Traspaso. Este CTI es una documentación en la que casi le piden al niño hasta la biblia. Desde su certificado de nacimientos, hasta su destino académico, la aprobación de la Federación del país de origen o el certificado de trabajo y residencia de sus padres. Ni la inmigración de los Estados Unidos pide tanto como la FIFA para permitir que unos niños puedan pegarle patadas a una pelota.

Y debido a que Kevin todavía no ha podido reunir todos estos documentos que tardan mucho tiempo en llegar, ya que tienen que ser pedidos a los Estados Unidos, él sigue sin jugar con sus amigos. La FIFA, además de corrupta como se está demostrando con los casos en las concesiones de mundiales y sueldos injustificados, permite que en una familia un hermano pueda ejercer su derecho a practicar el deporte que le plazca mientras que el otro no. De locos.