Siempre regresas al lugar que te hizo feliz, en este caso, a la compañía. Es algo que debe pensar Luuk De Jong ahora que es jugador del Barcelona al menos por una temporada, en la que estará bajo las órdenes de Koeman y también muy cerca de Memphis Depay, uno de los que apunta a ser líder y estrella del club esta campaña.

El ex Sevilla tuvo un paso importante por el PSV Eindhoven en la 14/15, temporada que tuvo en el banquillo a Cocu, ex culé, además del propio Depay, acompañante de ataque de aquel equipo que levantó la Eredivisie y vio a la dupla marcar más de 50 goles en todo el año futbolístico. En el Camp Nou seguro querrán comprobarlo.

Mucho ha pasado y la regularidad no ha sido aliada de ambos, aunque Depay pudo renacer en el Lyon y acercarse a esa versión de la 14/15 que terminó con 28 goles en su casilla. Por su parte, De Jong llegó al Sevilla como referencia y fue perdiendo gas, cada vez más lejos de los 26 goles marcados en Holanda aquella temporada.

De Jong dejó atrás el PSV con 112 goles en el recuerdo y la tácita puerta abierta a regresar, pero antes de hacerlo quiere una lucha más en la élite y decidió llevarla a cabo en Barcelona justo el año en el que los goles serán siempre motivo de sentencia. La ausencia de Messi y la necesidad de recuperarse serán los principales argumentos para juzgar.

A priori parece difícil que se repita la dupla con regularidad ya que solo Depay es intocable en este equipo, pero Ansu Fati y Agüero serán grandes obstáculos para De Jong en el camino a la titularidad, tareas complicadas sabiendo el potencial de ambos y sobre todo, la ilusión que hay puesta en el canterano.

Efectividad como punto de partida

Braithwaite ha tenido aciertos considerables y fallos clamorosos, pero marca goles con este equipo que juega más colectivo. Depay los hace y si no lo ayudan, se los fabrica también desde donde sea. De Jong tendrá que enchufar al menos tres o cuatro seguidos y si es posible, de primera, para poder competir de frente.