El esperanzador comentario de un ex directivo del club sobre Nico González

El Barcelona aún no tiene en el primer equipo a un buen recambio o reemplazo para el centrocampista Sergio Busquets. Sin embargo, en La Masia hay un joven que ha destacado y que más que su recambio, muchos esperan que llegue a convertirse en su sucesor.

"Nico González va a ser mejor que Sergio Busquets. Es más completo. Puede jugar de interior porque tiene más llegada y desborde, va bien de cabeza, es diestro, pero utiliza muy bien las dos piernas, es alto y fuerte... Es un ocho en todo", vaticinó Xavi Vilajoana, quien fue el responsable del fútbol base azulgrana en declaraciones dadas a diario Marca.

Lo que dijo su antiguo entrenador

El ex directivo de los azulgranas no es el único que tiene grandes expectativas con el joven futbolista. Sus entrenadores inmediatos también. "Tuvo una buena adaptación para ser un chico de 12/13 años que salía de casa a un sitio nuevo. Ya desde pequeño tenía muy claro cuándo jugaba a uno o dos toques. Su toma de decisiones era muy buena. Destacaba en el desequilibrio y la conducción por eso a veces le poníamos de interior y otras de pivote”, declaró su entrenador en las categorías inferiores Marcel Sanz. Añade también que: "En los momentos complicados, cogía la responsabilidad".

Sanz aún recuerdo como era el joven en sus inicios. "No era mucho más pequeño que el resto al llegar, pero siempre jugaba con los mayores de un año. Tenía muchas ganas y una gran capacidad de aprender. Le hicimos un seguimiento en el juvenil A para pulir aspectos del juego y era un futbolista muy receptivo. Sabía entender en qué zona del campo había que jugar a uno o dos toques, cuando se podía arriesgar y cuando no... Es cierto que a veces se entretenía con un exceso de conducción, pero lo fue puliendo"

Palabras de su padre

Por su parte, el padre de Nico González, Fran González, relató para el articulo que, al principio, le preocupaba que su hijo no tuviera la condición física necesaria. Sin embargo, a medida que pasaron los años experimentó un cambio radical.

"Yo le miraba los cuádriceps y me asustaba. Entre los 15 y los 17 pego un estirón brutal. Le hacíamos mediciones y en dos años creció 25 cm. Yo vivía entonces en Mánchester y no le veía con frecuencia. Cuando lo hacía, casi ni le conocía. Era tan alto que a veces parecía que se caía, no era fácil asimilar ese cuerpo en tan poco tiempo", dijo.