En el verano de 2019, el FC Barcelona pagó al Atlético de Madrid la cláusula de rescisión de 120 millones de Antoine Griezmann, un jugador que brilló bajo las órdenes del 'Cholo' Simeone y que no ha terminado de despegar con la camiseta azulgrana, a un año y pocos meses de su fichaje. Se habla de su actitud, de la posición, del rol en el terreno de juego y de la importancia que le da (o no) el entrenador pero, en resumen, el francés no ha demostrado -al cien por ciento- lo que vale. 

Hasta la fecha, el 'Principito' ha marcado 17 goles en 57 partidos disputados y se espera muchísimo más de él. En comparación a su etapa en el Atlético, durante su primera campaña marcó 25 tantos en 53 partidos. No es un secreto (y todo el barcelonismo lo reconoce) que Griezmann ha intentado encajar en un equipo en el que, aunque tiene oportunidades, no ha podido conseguir su posición ideal. Él mismo ha reconocido la diferencia entre jugar para el Barça que con Francia, “me siento bien, me encuentro bien, porque el entrenador (Deschamps) sabe dónde ponerme y, por lo tanto, me beneficio de ello, así como de la confianza que me brindan el técnico y mis compañeros”, dijo hace algunas semanas.

Mientras en el Barça se encuentra en el borde del precipicio, con los fanáticos opinando que debe marcharse, en Francia es todo lo contrario. Su aporte en la ofensiva francesa es simplemente espectacular y con la camiseta 'bleu' sí demustra lo que vale. Frente a Portugal, en la Nations League, junto a N'Golo Kanté y Rabiot, fue el más destacado. Por supuesto que influye, en gran medida, la confianza que Deschamps le da para que lidere la línea delantera de la selección y que puede jugar en su posición ideal.

La eterna disputa de la posición

Con la selección y en el Atlético de Madrid se vio la mejor versión del galo, porque se encontraba en su posición ideal. Para rendir al máximo, el 'Principito' debe jugar como segundo punta o mediapunta, cerca del área rival. En el Barça, bajo las órdenes de Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman ha jugado en todas las posiciones existentes, pero en ninguna termina sintiéndose completamente cómodo. Ha ido de extremo derecho, extremo izquierdo, delantero centro o 'falso nueve' y, aunque es cierto que en los últimos partidos ha rozado su mejor nivel, aún le falta mucho y, mientras tenga que compartir la posición con Lionel Messi, será muy difícil que le veamos en su mejor versión.

En el horizonte hay dos caminos para Antoine y, en gran medida, su futuro no depende de él. Con la posible salida de 'La Pulga' en el próximo mercado de verano, tendría una oportunidad de oro para convertirse en el líder de la ofensiva azulgrana. También está la opción de que abandone el club, como ya lo han pedido muchos fanáticos, y sería una gran oportunidad para el Barça de aligerar la masa salarial (Griezmann es el segundo jugador del plantel que más cobra), pero todo dependerá de cómo se desempeñe en los próximos meses y de la decisión de la nueva junta directiva blaugrana.