Ronald Koeman probó por primera vez de manera oficial este sábado ante el Sevilla por la jornada 25 de LaLiga, este nuevo esquema de 3-5-2, el cual decidió repetirlo en la vuelta por las semifinales de Copa del Rey este miércoles ante el cuadro andaluz. Aquel día se pudo detectar un cambio que fortaleció la movilidad del frente de ataque, y en presión acompañados de los tres centrales, que ayudaban a facilitar la salida de la pelota.

Los laterales

Lo primero que se puede destacar de este nuevo esquema de Koeman son los carrileros. Tanto Jordi Alba como Sergiño Dest se han visto involucrados con el ataque. Gracias a sus características como laterales ofensivos, y tener toda la profundidad de la banda para generar oportunidades de peligro es un factor que beneficia a todo el equipo, especialmente a Lionel  Messi. Este esquema también le resta peso al trabajo defensivo de Sergiño que, como lo ha demostrado, tiene carencias en este aspecto por lo que contar con Mingueza rellenando el espacio que deja Dest le da total libertad al americano de  atacar a placer.

El papel de los carrileros en el nuevo esquema de Koeman ha quedado demostrado en el dominio culé por los laterales. Un ejemplo de ello ha sido Jordi Alba, que tuvo una chance clara para marcar en la vuelta de las semifinales ante el Sevilla al rematar una volea sorprendente que al final no terminó en el fondo de la red contraria. En el arranque de este año, Alba se ha visto involucrado en la ofensiva del equipo, lo que ha ayudado a la consecución de triunfos del conjunto azulgrana.

Ventaja numérica

Como consecuencia de tener arriba a Dest y Alba, hace que Messi naturalmente sea desplazado hacia el centro del campo a recibir la redonda, generando así superioridad numérica con los centrocampistas, además de Messi. Esto favorece a dos factores: Fluidez del esférico en el campo y la influencia del capitán en la cancha. El astro argentino ya está acostumbrado a recibir la pelota en  la frontal del área y a ser decisivo en 3/4 de cancha. Incluso, en ocasiones se ha podido ver a Messi bajar al centro del campo a recibir la redonda, gestando él mismo la jugada.

No es un sistema perfecto

Sin embargo, este esquema presenta un inconveniente que se pudo evidenciar el pasado miércoles ante los dirigidos por Julen Lopetegui. Cuando presionaron al cuadro azulgrana, pasaron un mal rato intentando salir jugando por lo que en ocasiones buscaron la salida fácil: el pelotazo. Aunque, pudieron resolver este problema con base en el juego sólido y movilidad tanto en las bandas como en el centro del campo. Donde incluso Jordi Alba tuvo que bajar a apoyar la salida de la pelota por la alta presión del Sevilla. Entretanto, definitivamente se evidenció que este esquema ha resulto simultáneamente los problemas del equipo, demostrando una mejora en el juego. Resta observar cómo se desempeña el cuadro azulgrana de cara a compromisos altamente exigentes.