Más allá de lo desagradable que fue el hecho de salir derrotados del Sánchez Pizjuán, en el partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey ante el Sevilla, dicho enfrentamiento dejó un par de episodios desagradables en lo que no respecta a las acciones dentro del campo. Uno de ellos fue la serie de molestias que los recogepelotas andaluces provocaron en Marc-André Ter Stegen, quien tuvo que mandarlos a callar en el entretiempo.

Como señaló el diaro Sport, Ter Stegen, quien tuvo una destacada actuación dentro del terreno de juego, a pesar de los goles de Koundé y Rakitic, no soportó las acciones de los recogepelotas, por lo que hizo el típico gesto de llevar el dedo índice a su boca para intentar silenciarlos. Posteriormente, el árbitro Mateu Lahoz también indicó que los chicos debían bajar el tono, advirtiendo al encargado de los mismos.

Este hecho se suma al también desagradable episodio que protagonizó Suso, mediocampista del Sevilla, fuera de los terrenos de juego. El exjugador del Genoa y el AC Milan asumió el rol de personaje principal en Twitter, donde respondió un mensaje que reportaba las declaraciones de Pedri, en las que el canario consideraba que la acción entre el futbolista del Sevilla y Jordi Alba tuvo que haber sido sentenciada como penal, con unos cuantos emoticonos llorones, dando a entender que estaba llamando llorón al ex Las Palmas

Ter Stegen, comprometido por los errores

Ante el Sevilla, Marc-André Ter Stegen firmó unas cuantas paradas destacadas, pero nuevamente no pudo hacer nada ante los cada vez más preocupantes errores y la blandeza de sus defensas. En primer lugar, Samuel Umtiti quedó retratado ante Jules Koundé, quien le tiró un caño en una jugada en movimiento que dejó al central del Sevilla mano a mano con el cancerbero alemán, en el que fue el primer gol de los andaluces.

Posteriormente, cuando faltaban casi cinco minutos para terminar el compromiso, Ivan Rakitic recibió el balón solo por la banda derecha, galopando con tranquilidad hasta el área de Ter Stegen y definiendo el segundo gol de los suyos en el partido. Por más que el germano salve al Barcelona, la inestabilidad defensiva sigue echando por tierra su trabajo.