DESILUSIÓN
Xavi, Piqué y los momentos tensos ante el Bayern que pasaron desapercibidos
Noticia publicada:10/12/2021 - 07:39h
Última actualización:10/12/2021 - 07:43h
Xavi tuvo una de sus peores noches como culé desde aquellos años de novato en los que el club era un desastre total
El partido entre el Bayern y el Barcelona para la debacle azulgrana en Champions dejó una gran cantidad de situaciones y curiosidades, comenzando por la molestia que Xavi tuvo en varias oportunidades, pero con diversos motivos, algunos de ellos dentro de su propia plantilla en medio de la tensión.
El más llamativo estuvo en Coutinho y Riqui Puig, que entraron de sustitutos pero tal vez, en otras circunstancias, no hubiesen jugado. Al pedirles que se alisten para ingresar al juego, se tardaron más de la cuenta y al percatarse que no entrarían al mismo tiempo que los futbolistas del conjunto rival, bastó quedarse viéndoles de una manera que seguro no olvidarán.
No se puede dejar pasar el pique que tuvo con Lewandowski y Neuer. Xavi gritaba desde la banda al árbitro para una amarilla al contrario, algo que provocó al delantero polaco que se le clavó los ojos de modo desafiante y poco después se escuchó al portero alemán mandarlo callar, en claro reclamo.
También Eric García firmó una curiosidad al tener que calentar en el segundo tiempo pero no poder jugar ante el Bayern. El central no es de los más tomados en cuenta por el entrenador y este episodio sigue dejando muestras de los jugadores que no terminan de convencer a Xavi en su experiencia con el club.
Luz y sombra
Piqué estuvo muy activo, con la boca. En varios tramos del juego se le vio empujando a sus compañeros, demostrando liderazgo, pero de a ratos, con distinta intensidad y muchas dudas. De la misma manera, el central no estuvo nada fino ante Lewandowski, Musiala, Sané o cualquier rival que se cruzara.
La difícil situación que tiene Xavi no pasa propiamente por sus “amigos”, más bien se trata de que ellos no están al nivel que le gustaría y no se habla de fútbol, sino de personalidad. El orgullo del culé al portar el escudo parece perdido y los capitanes, con Busquets y Alba un poco salvados, no están haciendo mucho.




