Y Nélson Semedo empieza con timidez su etapa azulgrana

La llegada de Ernesto Valverde al FC Barcelona trajo consigo algunas novedades, aunque algunas de ellas fueran un secreto a voces. Tras su aterrizaje en el Camp Nou, el extremeño avisó que a pesar de apreciar la polivalencia de Sergi Roberto le preferiría como centrocampista, y es por eso que todas las miradas se volvieron hacia una secretaría técnica entonces volcada en fichar un lateral.

El elegido fue Nélson Semedo, que llegaba a la Ciudad Condal con fama de joven promesa y con aires de titular, dado que aún no estaba claro el estado de forma de Aleix Vidal tras su lesión y tampoco estaba asegurada su continuidad, después de una temporada pasada algo convulsa. A día de hoy, el asunto ha dado un giro radical, y es que el catalán se ha ganado el sitio a base de esfuerzo y el portugués ha perdido terreno por culpa de algunos problemas de adaptación.

La situación del defensa lisboeta no es, ni mucho menos, preocupante, ya que es bastante entendible que un recién llegado se vea agobiado por la exigencia del equipo azulgrana. Aunque no ha tenido demasiada suerte desde su llegada, su compañero sí ha integrado automatismos a su juego, a base de acumular prácticas y entrenamientos con el primer equipo culé.

Así, Semedo ha sufrido más de lo previsto en sus primeros partidos en el Barça, en los que ha tenido algunas lagunas sobre todo a nivel defensivo, pero a la vez tampoco ha sabido brillar en ataque, algo que sí le llevó a convertirse en una referencia del Benfica y una revelación en la Superliga Portuguesa. En el duelo de entrenamiento frente al Nàstic, por ejemplo, los tarraconenses volcaron su ofensiva por el flanco del portugués, al que le tocó bailar con la más fea y encima sin las ayudas de un Arda Turan con la cabeza en otro sitio.

Partidos para todos

A pesar de todo, todavía no han saltado las alarmas en el Barça, puesto que se entiende que esta es una etapa dentro de la adaptación de Nélson Semedo al club, y que entre todos deben ayudarle a volver a brillar en su nueva casa. Las condiciones las tiene, y en el plan de Ernesto Valverde hay partidos para todos, por lo que el joven luso tendrá la oportunidad de ir creciendo sin la presión de ser titular.

Además, su tímido inicio puede ser una ventaja para las arcas azulgranas, dada la cláusula en el contrato del portugués que obliga a pagarle más dinero al Benfica por cada 50 partidos disputados por el lateral. Si el futbolista tarda más en cuajar, los culés se ahorrarán unos 'kilos', así que, al final, no hay mal que por bien no venga.