A pesar de que en un principio todo parecía indicar que el trueque de Antoine Griezmann por Saúl Ñíguez se concretaría de manera exitosa, la operación terminó por llegar a un punto muerto y desde el FC Barcelona habría reservas para que el francés vaya de nuevo al Atlético de Madrid.

Si bien ambos equipos pasan por aprietos económicos y el intercambio de jugadores luce como una de las mejores alternativas en el mercado de fichajes, no verían del todo posible la transacción. El Barça llegó a pedir un poco más en las negociaciones y el Atlético se negó para entonces.

La entidad azulgrana esperaba obtener también algo de dinero además de la ficha de Saúl, teniendo en cuenta la diferencia en el coste de su ficha en relación a la del francés. De hecho, el centrocampista percibe un salario muy inferior a los 40 millones de euros que cobra Griezmann por temporada.

El Atlético, poco flexible en la operación

En su momento, se llegó a comentar que los culés habrían preguntado por Joao Félix, quien no ha tenido el rendimiento esperado con los colchoneros tras su llegada desde el Benfica, pero tal información no fue más que mera especulación, algo que causó molestias para Antoine Griezmann.

Desde la capital no querían bajarse de la oferta inicial, pero Mateu Alemany no estuvo dispuesto a ceder. Para el Barça es conveniente recibir a un centrocampista que ya Koeman ha exigido insistentemente, pero la brecha de costes entre uno y otro impediría el acuerdo.